Deseos
En cierta ocasión, escuché a mi abuela, en el pueblo, que en las fechas próximas a la Navidad, se podían pedir tantos deseos como copos de nieve cayesen en la tierra, pues desde más allá de las estrellas, nuestros pensamientos serían escuchados.
Hoy me he acordado de lo que me contó mi abuela, pues mis padres me han traído a la montaña y ha comenzado a nevar.
Me he acordado de mis compañeros de clase, pues paso muchas horas con ellos, y claro he pensado en Carlitos, que el pobre nunca puede venir de excursión con el resto, porque es diabético y él no se sabe pinchar, y por miedo a que le pase algo, lo dejan en casa. O también recuerdo aquel día en el que María que es muy, pero que muy alérgica, comió por equivocación algo que no debía y se puso malísima. O cuando Pedro se tuvo que quedar en casa porque necesitaba tomarse una medicación que los profes no se atrevían a dar por no se que cosa.
La seño Susana le dice con tristeza a Carlitos, que ella es profe y que no sabe darle los cuidados que necesita, que para eso están las enfermeras.
¡Enfermeras!, pues claro, ¿cómo no se me había ocurrido antes?,¡eso sería estupendo!,¡así todos seríamos felices!
Pues se lo voy a decir a todo el mundo mundial:
Mi deseo para este año será que en cada cole hay una enfermera
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