sábado, 22 de junio de 2019

EL SÍNDROME DE LOS INTERMEDIOS “QUEMADOS”




Nací en el seno de una familia normal de la época, padre trabaja, madre se retira de trabajar cuando se casa y 5 hijos, la del medio es la que escribe.

No recuerdo ningún trauma especial, me sentí muy querida por mis padres, jugaba más con los pequeños y a todos quiero y me siento estimada  y valorada por ellos.

Trabajo como enfermera en un sitio muy raro desde hace 39 años, un colegio de Educación Especial  PÚBLICO que es único en España por dos motivos principales: tiene un amplio Departamento Sanitario y  una Residencia 24 horas incluidos fines de semana y festivos, motivo por el que están escolarizados alumnos con graves discapacidades , incluso con cuidados paliativos desde sus inicios cuando nos llamaban el “INRI” y con problemáticas sociales  derivadas de múltiples factores, por lo que su casa es el colegio y a su domicilio con sus familias regresan algunos fines de semana y las vacaciones escolares. El resto, es como en  todos los coles.



Y yo soy creo que una personaje de lo más extraño y singular, enfermera escolar hace casi 40 años y 35 ejerciendo como Supervisora de Enfermería, cargo intermedio, lo que yo vengo a llamar un emparedado, ni estoy con unos, ni estoy con otros, estoy simplemente “aprisionada y aplastada” por las dos capas del bocata.

Llevo tiempo sin escribir, el final de curso es simplemente agotador en muchos sentidos  que hoy no voy a desgranar, me decían ayer que no había escrito el reportaje de la jubilación del Director, ¡ojo!, que le dediqué unas palabras y estuve cumpliendo el guión oficial que me indicaron en el homenaje institucional, al gran jefe y a otros muchos que se han ido y otras cosas que han  sucedido les dedicaré su apartado, aunque solo sea por los que les gusta leerme y porque a mí me sirve de terapia  y base de uno de los libros inacabados que tengo por ahí.

¿Has dicho terapia?

Efectivamente eso he escrito, porque ahora que han reconocido a los quemados emocionalmente (burn out”) como enfermedad profesional exclusivamente aplicado al entorno laboral, necesitamos hacer mucha gestión de emociones, ya dejé constancia en el decálogo de la Enfermería Escolar e incluso algo de medicación de por vida que estoy segura podré dejar de tomar cuando me jubile si sigo por encima de la tierra y no por debajo.

El trastorno, yo diría enfermedad,  implica agotamiento crónico, distancia mental y disminución de la eficacia profesional y muchas alteraciones más que suelen pasar desapercibidas  para los demás en su gran mayoría, te etiquetan de “!cómo te pones!” y santas pascuas.

¿Me ha diagnosticado un médico?

Pues no, evito ir a la consulta por este motivo, aunque está al corriente de mi situación, he tenido que ir por otros motivos y retrasar varias consultas a lo largo de este curso por no faltar al trabajo y después me pregunto si soy tonta, en fin eso también lo sé, digo la respuesta.

¿Cómo me siento?

ABRASADA

¿Cómo definirías este nuevo Síndrome?

Aplicado a mi persona y profesión, cuando aparecen y perduran distintos síntomas y gradualmente se cronifican y aumentan:

1.- La mayoría de los días ir llorando al trabajo porque sabes lo que te espera y lo que no.

2.- Entrar por la puerta, que te pregunten si estás bien porque  ven unas ojeras importantes y contestar que estoy estupendamente, porque cada uno tiene su mochila a la espalda y a cargar cada cual con ella y como puede, no son tiempos solidarios.

3.- Pasar al despacho que está desordenado pero muy limpio, porque apenas si puedo sentarme a trabajar en la gestión que tengo que hacer inherente al cargo y llevármelo a casa que tardo menos y me concentro mejor.

4.- Adentrarme en Enfermería generalmente sonriendo, echando de menos a los alumnos que por ejemplo en este curso fallecieron, tres en concreto, pero ver a otros que están recién duchados, limpios, guapos y con sus tratamientos en marcha.

Escuchar como fue la tarde y noche anterior, incidencias, intentar  resolver lo que se puede y ver lo programado del día que pocas veces se cumple pues la demanda de asistencia no entiende de programaciones.

Hablar con familias, algunas a diario porque llevan ellos a sus hijos, otras por teléfono y lo mejor cuando puedes ir a tomar un café con alguna madre que lo necesita, este año no he salido ni una sola vez con ellas.

5.- Ir a las reuniones que me convocan aunque algunas no aporten mucho, pero ya se sabe que hay que acatar las normativas, sean o no de sentido común y trato de no dormirme, a veces no lo consigo, no me dicen nada, es lo que tiene tener cierta edad, ven normal que te duermas.

6.- URGENCIAS: muchas, demasiadas para ser un colegio, la mayoría se resuelven y ni se enteran fuera de Enfermería, otras evidentemente se comunican a los Jefes, han de ser trasladados al hospital los alumnos. Demasiadas ambulancias por allí para ser un colegio.

7.- Comida: generalmente a las 14’30h. y donde solemos tener un ambiente distendido y divertido, evidentemente si no se habla de trabajo, que no es lo habitual.

8.- Antes de irte a casa:

Ver cómo queda el panorama, si el servicio está cubierto, el estado de salud de los alumnos, que dependiendo cómo están te vas más o menos preocupada, si alguno de los que van a casa en la ruta escolar, puede ir o no porque tiene fiebre alta y otras tantas cosas.

9.- A veces, acabo el trabajo por el que me pagan y permanezco atenta al teléfono 24 horas por si me llaman y hay que solucionar problemas  y me voy a mi segundo trabajo no remunerado, una Asociación Científica de Enfermería (AMECE.N.I.), generalmente en casa, otras veces por distintos sitios y  me lo paso muy bien, porque disfruto con la Enfermería Escolar, conozco a gente muy interesante y me “reconocen”,  ya no disfruto con mi trabajo, creo que es fácil comprender el matiz y la diferencia.

10.- Y sin querer me ha salido  un decálogo del abrasamiento generalizado que tengo, del dolor que siento por muchas cosas del día a día que me autocensuro que aún estoy en activo, que no creo que cambie mucho porque ya tengo unos hábitos conductuales de difícil permuta, me propongo por ejemplo callar y no lo hago y al final me va a dar igual, pero como intermedia que soy, prefiero a los compañeros que me dicen las cosas a la cara y en privado que a los que por detrás no favorecen mucho el clima laboral.

He pedido por activa, por pasiva, con humor, con proyectos por escrito, que me dejen trabajar en otro sitio, sí trabajar, pero como dije en las palabras que dediqué al gran jefe el jueves pasado, soy graciosa pero no caigo en gracia, entendiendo esto como lo que se decía en otros tiempos, no tengo padrinos.



Conclusiones:

Por imperativo legal, no tengo más remedio que de momento seguir trabajando en el mismo sitio, disfrutando de lo mejor que son los alumnos, y ansiando la prejubilación, si no vuelven a tocar la misma y siguen disminuyendo este derecho que teníamos.

“Quiéreme menos, pero quiéreme mejor”




domingo, 2 de junio de 2019

GRACIAS NICOLE




Porque aunque dije que no me iba a implicar tanto emocionalmente con alumnos del colegio, lo he vuelto a hacer, de hecho nunca pude dejar de sentir empatía y amor por todos los alumnos.

Tu llegada al cole hace 2 cursos procedente de otro colegio de Educación Especial y tras un aciago suceso que otro día contarás tú, supuso un gran reto profesional y humano, estabas en unas condiciones de salud muy complicadas y dentro del Protocolo de Cuidados Paliativos.

Los primeros meses apenas sonreías, estabas muy enfadada, con mucha razón, habías dejado de poder hacer cosas que antes hacías como caminar y hablar, te pusieron una traqueotomía y una silla de ruedas, ¡para no estar hasta el pico de la boina con 16 años!


Como no te conocíamos y tu genio salía a relucir continuamente, te traían a enfermería, el oxígeno bajaba, te aspirábamos…hasta el día que supimos como había que aspirarte a ti, lo que vengo a llamar yo el arte enfermero, porque la técnica la sabemos todas las enfermeras, la habilidad de aspirar al Nicole es única y es recompensada con una palmadita tuya …y empezamos a  crear  un vínculo especial, normal, cuando se respira mejor después de un mal rato, el humor mejora significativamente.

Y llamábamos a mamá, que se enfadaba contigo y  de paso con nosotras porque ella te conoce muy bien y te quiere la que más y tu ponías esa cara de “ojo qué pesadita es mi madre” y nosotras aprendíamos a conocerte y valorar cuando te aburrías en el aula y empezabas con tus destrezas para ir a enfermería y cuando era real tu necesidad de cuidados enfermeros.

Tu tutora ese curso, Noelia, hizo maravillas para que te integrases en las actividades docentes, los distintos profesionales también y desde enfermería fuimos manejando lo que necesitabas a nivel  de salud y el primer día que sonreíste… ya me ganaste el corazón al completo.

Sonrisa selectiva, que la regalas cuando y a quién quieres.

Y este curso han ido las cosas mucho mejor, ya comes con los compañeros de tu edad e incluso sola, nos empeñábamos en darte comida triturada…hasta que el verano pasado estuviste en mi casa, día de piscina y te vi comer/masticar macarrones, pollo…

Y surgió la Nicole actual, que se ríe de ella misma y de todos y con casi todos, que saca su tablet y por fin ya sabemos la música que te gusta, que nos dice si y no con un dedo y con la cabeza y que ayer me envió tu madre un audio y reconozco públicamente que me hizo llorar de emoción, de esa que hace que tenga sentido un trabajo del que a veces dudo y tú me confirmas, como otros muchos alumnos, que merece la pena tener y disfrutarlo.

Algunos días, cuando me voy a casa, estás en la entrada del cole esperando que llegue tu madre porque llevas oxígeno y…….no dejan ir ya en el transporte escolar con acompañante.

Salgo cansada, a veces no muy contenta, son cosas de la edad y manejo de emociones y me quedo un rato con las técnicos y jefe de residencia que suelen estar contigo.

Y ese rato, de risas y complicidades entre todos, hacen que cuando entro en el coche en mi cara haya dibujada una amplia sonrisa.

Y has cumplido 18 años hace poco, has votado por primera vez y dos veces en dos meses y querida señorita, desde este blog te deseo siempre que sigas disfrutando de tu familia que te quiere mucho, de todos los que trabajamos en el colegio que compartimos con tu madre y hermana los cuidados enfermeros y que estés integrada ya felizmente en todos los espacios del centro educativo.

Dejo aquí el audio y tu autorización con una foto donde con el dedo estás diciendo que sí, que lo puedo hacer público.

Hay ratos que no se entiende mucho, lo explica tu madre que es la cómplice de la grabación y pronto repetiremos el día de piscina, cuando nos den las vacaciones.

Mañana  nos vemos en el cole y no seas tardona.

Te queremos Nicole (queremos a todos los alumnos)

Fdo: La Comunidad Educativa del CPEE María Soriano




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