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domingo, 12 de noviembre de 2017

CLAVES DE SUPERVIVENCIA





No me siento de este mundo y sé que mi estado mental es adecuado y está incluso controlado  y que nos ocurre a muchas personas del conocido planeta tierra.

Recién cumplidos los 59 años y con casi 40 años de profesión y vida laboral en la espalda y en el alma, ya ni me corresponde una evaluación de las dos que suelo hacer al año, esta auditoría interna es ya de vida integral y de marcar objetivos qué a saber si llego a cumplir, sabiendo que hoy estoy aquí tecleando y mañana ¡quién sabe!, por tanto aunque uno mismo suele ser un juez duro e implacable, he de hacerlo, no digo que lo vaya a escribir.

Mi vida personal y familiar, se adapta a las distintas circunstancias que han ido surgiendo, difíciles, duras, desconocidas y de las que aprendiendo, el temor da lugar a la acción que  inicialmente se bloquea. Soy feliz con la familia que tengo con sus fortalezas y debilidades y seguro que las cosas mejoran  o al menos nos adaptamos a ellas con una actitud firme, activa y momentos de zozobra.

Tengo que encontrar las claves para sobrevivir sin tanta angustia y sufrimiento algunas situaciones que descubrí tarde, pero ya se sabe que nunca es tarde si la dicha es buena. 

me refiero ya al terreno profesional y laboral, al que dedicamos bastantes horas de nuestra vida y como es mi caso, cuando laboras en un medio no habitual sanitario se complica mucho la existencia y el sobrevivir.

Ser enfermera escolar desde ya camino de los 38 años y seguir apostando por esta necesidad social es para echarle ante todo mucho humor, resilencia, resistencia y muchos redaños.

Llevo muchos años contando donde me llaman y no me llaman, el perfil profesional de la enfermera escolar y sus competencias y por supuesto reclamando que en todos los colegios haya enfermería escolar, no solo para “dar un medicamento”, recuerdo a los lectores que una enfermera ha pasado por la Universidad, tras una nota de corte en selectividad de las más altas, una carrera de 4 años y está capacitada para atender en los colegios como autoridad sanitaria en los mismos y garante de salud, a todos los miembros de la comunidad educativa, principalmente los alumnos, con o sin patologías, A TODOS.

Y,  ¿por qué?

La vida en los colegios es única y peculiar y abren sus puertas  cada vez a horas más tempranas y las cierran muy tarde.

El número de alumnos puede variar de media unos 800 a 2500 en colegios ordinarios y en los de Educación Especial lógicamente menos pero con una alta necesidad de cuidados enfermeros.

En la Comunidad de Madrid, al menos hace años que tienen claro que en Educación Especial tiene que haber enfermeras, sin ratio ni nada, da igual que tengas 8 que 80, pero las hay, en otras CCAA ni siquiera hay enfermeras en estos colegios tan específicos.

Tras una serie de normativas que debieran ser de ámbito nacional y de obligado cumplimiento en todas partes, en la Comunidad de Madrid (esto no es centralismo, son datos reales y cuantificables), comienzan a haber enfermeras en coles ordinarios en un primer momento llamados “de integración” donde se empezaron a escolarizar alumnos con discapacidad motora y Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD).

Y hacía el 2009 tras sucesivas reclamaciones sobre todo de los padres de niños con enfermedades crónicas, siguen aumentando el número de colegios con enfermera.

En el año 2014, una normativa Orden 629/2014, de 1 de julio entre la Consejería de  Educación (que era quién nos contrataba hasta ese momento) y la Consejería de Sanidad, establece además de la contratación de las enfermeras en el ámbito educativo lo hará C. Sanidad y que C. Educación determinará en que colegios deben haber enfermeras, que ciertos alumnos con ciertas patologías: “Entre ellas, cabe destacar la atención a la salud y la fisioterapia, habitualmente asociadas a los alumnos con discapacidad motora, a los alumnos de corta edad que padecen diabetes y a los alumnos que deben ser alimentados mediante sonda gástrica”, contarán en su colegio con enfermera, dejando a otros muchos niños y niñas con otras patologías directamente fuera (alérgicos, asmáticos, enfermedades raras y otras muchas más).



AMECE+N+I, recibe a diario muchos correos electrónicos de diversa índole, madres y padres, asociaciones, directores, jefes de estudios, profesores, enfermeras que empiezan a trabajar en un colegio y nadie les dice cual es su trabajo y algún director incluso amenaza con “devolverlas”.

Y empatizamos evidentemente con la ansiedad que nos trasmiten todos los colectivos, un director al que han quitado la enfermera que llevaba 7 años porque “ya se ha ido el niño diabético a secundaria” y no sabe cómo atender a los otros muchos alumnos que lo necesitan.

Y los profesores que cada vez tienen más alumnos en las aulas y atendiendo a la ley, con algunos alumnos de atención a la diversidad, sin maestros de apoyo, sin enfermera, sin otros recursos que la normativa contempla y le obligan a dar medicación, atender inicialmente todas las urgencias y….digo yo: ¿no tienen ya bastante los docentes con dar clase y que todos sus alumnos reciban unos contenidos pedagógicos adecuados?

Y los padres de niños pequeños que debutan con una enfermedad crónica, que empiezan su lucha individual, a los que invitan amablemente a cambiar de colegio porque no les garantizan que puedan prestarle cuidados sanitarios adecuados y que lamentablemente acaban uno de los progenitores, generalmente la mujer, dejando su trabajo y de guardia permanente incluso en las cercanías o dentro del colegio en algunos casos, a la espera de si su hijo sufre una alteración de su proceso poder atenderle.

¿Esto es conciliación laboral y familiar? NO

¿Aumenta el absentismo escolar cuando no hay enfermera en el colegio? SI

¿Todos los alumnos con o sin patologías tienen los mismos derechos? NO

¿La Constitución Española en su Art. 39 refleja “Protección de la familia y la Infancia”? SI

Y podría seguir con muchas más medidas legales que se incumplen a diario, reitero que en la Comunidad de Madrid se ejecutan mucho más que en otras CCAA, pero hay que cumplirlas plenamente, conocedores de la realidad social actual, favoreciendo el llamado y olvidado estado del bienestar para los colectivos más desfavorecidos y desprotegidos, en el caso que nos ocupa, alumnos y comunidad educativa.

Y me duele leer noticias y ver fotos en las que se anuncia una supuesta noticia bomba que arregla esto tan incómodo que reclaman muchos colectivos: la atención sanitaria en la jornada escolar.

“Colaboración entre médicos del Centro de Salud y los profesores de los Colegios”

Firmado Consejería de Educación y Consejería de Sanidad de más de las CCAA de las que imagináis y que es simplemente una medida no eficaz y nada eficiente, demagogia en estado puro y no realista, es sencillamente una mentira de las gordas y que no soluciona esa necesidad de atención sanitaria. Parcheando voy, parcheando vengo y por el camino yo me entretengo.

Y me desconsuela, que muchos organismos o entes oficiales y/o privados, directamente pasen o en la sombra estén organizando y desde el desconocimiento más absoluto, campañas en pro de la Enfermería Escolar sin saber nada de su auténtica realidad y competencias profesionales e incluso los más osados (la ignorancia es atrevida y no lo dije yo, lo dijo Domingo Faustino Sarmiento hace ya algún siglo), organizando cursos de postgrado de enfermería escolar a distancia…¿Alguien da más?

Bien, podría seguir con este análisis que en un principio iba a ser mi auditoria interna y en gran parte lo es, porque aunque hay quién descansaría si AMECE+N+I tirase la toalla y no cejan en poner diversas e importantes zancadillas, por decirlo suavemente, podemos cojear por la contusión momentánea, pero seguiremos caminando, porque creemos en lo que hacemos y sabemos  el diagnóstico principal y los daños colaterales y aplicar el tratamiento adecuado, lógicamente enfermero, sin dobleces, transparencia y lealtad, que se echan mucho de menos cuando toca lidiar con algunos llamados representantes que confunden la sinceridad, humildad y conocimiento con la necedad y el despropósito.

Lo que me quede de vida tanto cronológica como profesional, seguiré apostando claramente porque en todos los colegios haya un profesional de la enfermería con formación específica para ello. 

Y no estoy sola, siempre lo digo, tengo el placer de presidir AMECE+N+I, con un grupo de mujeres valientes, comprometidas, con muchos conocimientos profesionales y entre ellas algunas ya dispuestas al relevo generacional evidente que seguirán en la brecha.

Y a otros, se supone,  les corresponde luchar por dignificar nuestras condiciones laborales, que son pésimas y que se supone están para ello, los conocimientos que nos los dejen a las que estamos en los colegios trabajando y  si es posible a las asociaciones científicas y el arte de la enfermería también, porque hay que tener arte, humor y paciencia si quieres ser enfermera escolar y no morir en el intento.


“Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino el que lo conquista.”-Nelson Mandela