domingo, 21 de marzo de 2021

Permitiendo tirar recuerdos

 


En estos meses de no ir al colegio, aunque tengo que volver hasta que alcance edad de jubilación total, una de las cosas que estoy haciendo desde la mucha tranquilidad que tengo, es tirar papeles, que no sueños.

La alternativa era comprar más estanterías, tengo demasiados libros por los suelos, que no voy a desechar.

Y hoy ha tocado continuar con los papeles de 41 años de trabajo, mis compañeras me decían que tenía algo de Diógenes y algo de razón tenían, todo me parece interesante e histórico, no siempre hubo ordenadores e internet.

No soy de lágrima fácil, bueno depende, en este último año las distintas emociones que se columpian, suben y bajan por toboganes y tratando de dar esa imagen de fortaleza a los que te rodean, te puedes derrumbar en el momento más inoportuno, lo que viene a ser dejar fluir la mente, el alma, todo.

Me he puesto el termómetro, medido saturación de oxígeno y comprobada la tensión arterial y deduzco que los sentimientos que me produce hoy leer lo que trabajé, deben estar alterando algunas hormonas, también son días primaverales de sube y baja, es lo mismo, da igual.

Y eso que no he mirado fotos, solo documentos profesionales de toda una vida, ya apunté maneras desde el inicio de mi ejercicio profesional, mejorado a lo largo de los años.

Si he podido avanzar, aunque haya tenido momentos de parón forzado y necesario, es por permitirme tirar literalmente a la basura determinados recuerdos, vamos a denominarlos no positivos, han sido unos cuantos, no me siento bien tratada profesionalmente, es complicado ser profesional de la salud en el ámbito educativo, muy complicado.

Van quedando huecos en la estantería, vacíos en la memoria inmediata, se llenarán de otras ilusiones, porque me siento muy viva, aunque les pese a algunos que ya han pasado directamente al contenedor de orgánicos y a los que deseo que tanta paz encuentren como han dejado. En mis recuerdos.

“Cosas que eran difíciles de superar son dulces de recordar”

Séneca. 

 

 

domingo, 7 de marzo de 2021

Para tí, Mikel

 




Poco antes de comer me ha avisado una madre del colegio de que “nuestro Mikel” había fallecido, 18 años y una enfermedad rara, crónica y compleja.

Escolarizado desde hace 12 años en el CPEE María Soriano hemos vivido muchas experiencias juntos y de salud también.

 Su madre, Juliette, su gran cuidadora y que le ha dado tanto amor, qué triste estaba.

Y su padre y demás familia, por él, todo.

Siempre nos quedará ese: “Mikel pórtate bien” que le decía su madre cuando todos los días nos lo dejaba en enfermería para valorar sus constantes, su oxigenoterapia y según estuviese acudir o no al aula con sus compañeros.

Cuando venía a enfermería desde el aula por algún problema, le decíamos: Mikel,  ¿no te has portado bien?

Con dolor estas letras y con un esbozo de sonrisa porque en el cole y en su casa fue feliz.

Otra estrella más del cole que asciende a ese cielo que tiene un lugar reservado para los niños especiales. DEP.

Abrazo familia y con permiso, aunque no esté trabajando ahora mismo, abrazo extensible de toda la comunidad educativa.