miércoles, 19 de enero de 2022

LA NO DESPEDIDA

 



Regalo de mi hija, !me encanta!.


El pasado 9 de septiembre del 2021 me jubilé anticipadamente.


Decisión meditada que sabía que me repercutiría en la pensión con una penalización exagerada tras más de 42 años de trabajo, no me han computado los años que trabaje en Atención Primaria a la vez qué en el colegio, pero bien que me descontaron en su momento y bien que pagué en la declaración de la renta durante 2 años, los primeros de mi andadura laboral y profesional.


INJUSTO. Lo acepté y me jubilé. Los motivos se sabrán en su momento.


En mi colegio, lo habitual es que cuando un profesional se jubila, se le hace un regalo institucional, desde hace unos años un reloj de pulsera grabado con la fecha de la jubilación.


Los compañeros, hacen una especie de colecta y se compra un regalo más personal al que se jubila y el ya jubilado lleva unos aperitivos para tomar juntos, imagino que como en la mayoría de empresas.


Fotos, discursos, risas, lágrimas, he vivido muchas jubilaciones en todos estos años.


Por tanto, persona que se jubila, el mismo día que se jubila o al siguiente, se hace el procedimiento anteriormente descrito, un homenaje al profesional que se va a disfrutar del “júbilo” tras décadas de trabajo.


¿Y por qué a 19 de Enero de 2022 aún no he recibido ese homenaje?


Ni idea, porque el 9 de Septiembre2021, la incidencia del coronavirus era baja y los días agradables climatológicamente hablando.


Y deduzco de esta situación muchas cosas, algunas inconfesables por respeto personal e institucional a mí misma y a los que lean estas líneas.


No me he podido despedir de los alumnos y alumnas, de sus familias, de los compañeros.


Son tiempos complicados con una pandemia invisible y que solo vemos la punta del iceberg, las alteraciones de salud mental, ahí lo dejo.


Cuando uno medita sobre su propia jubilación habiendo vivido tantas en el CPEE María Soriano, nunca imaginaba este escenario tan triste y decepcionante, porque sí, creo que estuve más días y horas en ese colegio que en mi propia casa, con un móvil encendido las 24 horas del día todos los días de la semana a disposición del centro educativo.


He recibido un homenaje emocionante en el marco del 6º Congreso de Enfermería Escolar de mis compañeras de la junta directica de AMECE, una estupenda paletilla de jamón y hace pocos días me entregó la AMPA del colegio, otro jamón. Es lo que tiene decir “y un jamón” de manera repetitiva, cual mantra.


Y sigo recibiendo muchas muestras de cariño de muchas personas que agradezco enormemente y soy muy feliz, porque he decidido serlo a pesar de los pesares.


 Llevo el singular CPEE María Soriano en el corazón y ya no me duele, solo quiero recordar lo que me hizo ser mejor persona y todo lo que he disfrutado, lo menos positivo, ya ni me acuerdo conscientemente.


Me cuido, sigo con muchos proyectos en marcha, me ilusionan, duermo como ni de joven lo hacía, me levanto con energía, mente despejada y no pido más a la vida, que los que me rodean están bien y carpe diem. Llegó el momento de seguir disfrutando de la vida.


PD: La pandemia no justifica muchas cosas, ojito.


 


 

 

 

1 comentario:

Mónica Fernández dijo...

Por fin, mañana 17 de Junio se te hará el homenaje que mereces porque en eso consiste el homenaje de jubilación, en valorar con las personas que quieran los años de trayectoria que son motivo de orgullo para ti, y desde que te leo en tu blog y he visto alguna de tus intervenciones me ha inspirado a desarrollarme como enfermera escolar y a trabajar en el que siempre será tu colegio: " el María Soriano"
Mañana te conoceré y para mí será muy importante el hacerlo, soy enfermera y me llamo Mónica, si alguna vez lo lees, espero que te acuerdes y que sepas que todo lo que haces por la enfermería escolar a mi me sirve para ser mejor enfermera