miércoles, 9 de diciembre de 2020

“ET EGO TE ABSOLVO”

 







Mi latín es muy básico, estudié bachiller de ciencias.

Y tampoco me confesaron en esta lengua, por lo que la absolución me la daban en castellano y en voz alta porque no tenían los sacerdotes adaptaciones para hipoacúsicas y todas mis compañeras se enteraban de mis pecados y penitencias. Ya procuré decir lo que se podía escuchar en toda la capilla, creo que los que nos confesaban tenían que reírse un montón con las supuestas faltas que declarábamos.

Y yo me perdono, en primer lugar a mí misma y “absolvo” después, a los que a lo largo de toda una vida laboral y profesional, 40 años y 7 meses de momento en el mismo centro educativo, no me han favorecido y en el fondo “no saben lo que hacen”, más el reino de los cielos no será para ellos, ojito, que se lean bien la normativa.

Viene a ser como los principios de la risoterapia, primero te ríes de ti, después CON los demás y en la tercera fase, te ríes  DE los demás, entendiendo por ello que las mayores ofensas que te pueden llegar a hacer, si logras “reírte” de los que pretenden realizarlas, es que tienes un nivel de gestión emocional a prueba de toda estupidez humana e incluso pandemias.

Cuando empiezas a dormir 8 horas seguidas, te levantas descansada,  después de muchos meses sin apenas manifestar esa alegría habitual en mí y soy capaz de reírme en las 3 fases descritas antes, puedo decir lo que digo a los que me preguntan: Estoy felizmente prejubilada, pero muy feliz, confinada por responsabilidad individual y desarrollando distintos aspectos de la enfermería escolar con tranquilidad, solo lo que quiero hacer y cuando quiero hacerlo. Simplemente esto es lo  que me hace estar dichosa y MUCHO.

¿Quiere decir que el perdón incluye volver a estar con esas personas?

Pues no, el perdón es una herramienta que se debiera usar más a menudo, para poder seguir avanzando y olvidando el dolor agudo y que no pase a ser crónico o sufrimiento excesivo.

Y tras el “Ego Absolvo”, lo que ahora se lleva: alejar de ti y tu entorno a las personas y situaciones tóxicas y que no aportan nada positivo a tu vida, resultado espectacular, elegir con quién te tomas unas cervecitas y soportar con mucho humor a los que no queda más remedio por imperativo legal, desde un interior fuerte, proactivo y empático.

Carpe diem, vaya que aprovechemos el presente ante la constancia de la fugacidad del tiempo  (RAE).






 

 

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