PERDIENDO LAS PALABRAS

Y LA ALEGRÍA ….

De niña, escribía con fluidez y creo que con buena letra, un vocabulario extenso y ordenado, sacaba sobresaliente en redacción.

Siempre me ha gustado estampar palabras en el papel, tuve los típicos diarios adolescentes que conservo, amagué versos y poemas, sin saber contar las estrofas, el resultado era pura melancolía  típica de la edad y el entorno que vivía.

Antes de los ordenadores, seguía escribiendo en algunas etapas más en otras menos, dependiendo de las circunstancias.

Y desde que ya existen las distintas herramientas informáticas, pues comparto palabras con muchas personas, bueno las que quieran leerlas.

En mi última entrada del blog de Enfermería Escolar que tengo hace 11 años,  compartí el extremo cansancio físico y sobre todo mental,  resumiendo que estaba abrasada, por eso del Síndrome de los trabajadores quemados y su sintomatología.

Ya son 12 los días que llevo de vacaciones y en los que afortunadamente el cuerpo está más relajado, en la cabeza aún tengo una gran “madeja enredada” y creo que empiezo a vislumbrar el inicio del hilo, ahora a ver si logro desenmarañar tanto nudo.

Y comienzo escribiendo y repartiendo vocablos, una especie de terapia personal, un viaje al interior de uno mismo y tratar de objetivamente analizar fortalezas y debilidades y TOMAR DECISIONES, momento este que ya libera espacio en el disco interno cerebral y resto del organismo, pero hay que hacer ese camino y es duro.

Y recuperar el entusiasmo que sustituya a la angustia y la felicidad que supla al descontento y seguir caminando.

El mundo y las personas siguen a ritmo para mí ahora vertiginoso, necesito parar  y reflexionar, tengo la suerte de disponer de espacio y tiempo para el análisis que toca siempre al acabar el curso (39 son muchos, demasiados) y al acabar el año cronológico.

Busco términos para caligrafiar y que fluyan a la par que mis emociones y sentimientos , acepto ayuda.