Rotura fibrilar gemelo derecho. Eso soy yo
ahora, un diagnóstico médico realizado tras una “regañina” de una médico en un
servicio de urgencias hospitalarias.
La lesión me la hice el domingo por la mañana caminando en una cinta a una
velocidad baja, mientras veía en directo el panorama del 1 Octubre.
Probablemente me pasé de tiempo y sí, también estoy mayor y no hice un calentamiento
previo ni posteriores estiramientos.
Empecé con molestias en la rodilla derecha por
la tarde, el lunes fui a trabajar y caminé algo coja y el martes cuando me
levanté para ir a trabajar, ya no podía andar y el dolor era importante. Acudí
a mi Centro de Salud, me exploró la médico de guardia y me pusieron un voltaren
inyectado (antiinflamatorio).
Reposo relativo, algún medicamento e incluso le
pedí el favor a una amiga y que por la noche me pinchara otro voltaren, para
acelerar la mejoría, porque sinceramente no me viene nada bien estar quieta
ante las múltiples actividades que tengo que hacer.
Yo notaba, que cada vez que me tomaba un
antiinflamatorio, al rato me dolía más, pero siempre pienso que mis dolores son
de origen psicosomáticos y también por activar la pronta recuperación, acudí a
una fisioterapeuta que ya me ha tratado en alguna ocasión que lo he necesitado.
Al levantarme hoy, el dolor no solo no había
disminuido, era insoportable y caminar era casi imposible por lo que tras
pensarlo y mucho me he dirigido a las urgencias del hospital que me
corresponde.
Y declaro públicamente y por escrito lo haré
al Gestor del Hospital, que la humanización de la que tanto se habla en la
Comunidad de Madrid, creando incluso hace unos días una Viceconsejería de la
misma, NO existe.
He tenido que pedir una silla de ruedas, no han
tardado nada en atenderme, las mismas médicos que después me han atendido han
empujado amablemente la silla y han empezado el interrogatorio por la sala
llena de gente y digo yo, si la consulta está a escasos metros, ¿tiene que
enterarse todo el mundo de lo que me pasa? Pues no, empezamos a no entender o
cumplir eso de la confidencialidad de datos sanitarios y derecho a la
intimidad.
Contesto, no obstante, a las preguntas,
llegamos a la consulta y la que me preguntaba se va a otro lugar y continúan otras
dos galenas con las preguntas y la exploración. Perfecto, una buena exploración
y ya he contestado todas las preguntas que me han hecho, incluida la de que por
qué voy a urgencias (la próxima vez que me pregunten esto creo que les voy a
decir, desde el cariño eso sí, que a ver los (iba a poner un taco pero me
contengo..ohmmm) que trabajan allí , su humanidad y que no tenía otra cosa
mejor que hacer, que darles un poquito más de trabajo).
En ese momento se incorpora la médico del
inicio y con cierta brusquedad me indica que la he despistado porque le he
indicado que me duele una cosa y que al final es otra, a lo que le he
contestado con mucha tranquilidad, para esto también vale el ser mayor, que
ella se ha quedado en la primera pregunta y se había ido, que el resto del relato y lo que me dolía lo
sabían sus compañeras.
Me ha dicho el diagnóstico, lo que tenía que
hacer y sobre todo que no tomara antiinflamatorios porque aumenta el riesgo de
sangrado cuando te rompes las fibras musculares.
Me he puesto ya de pie tras pedir permiso,
estaba en una camilla escuchando el rum rum de la médico regañona y que es la
que ha escrito el informe, me he acercado y le he dicho:¿por qué se empeñan
tanto en regañar a los pacientes?
Soy una profesional sanitaria, no suelo
identificarme porque a veces es incluso peor, y si vengo a urgencias es porque
me duele y mucho y me estaba poniendo además y por lo que parece ser, un
tratamiento que no me estaba beneficiando.
Por supuesto no me ha contestado, silencio
total, 3 médicas y ha llegado un cuarto médico, más silencio hasta que les he
pedido por favor si me podían dejar unas tijeras o algo para quitarme la
pulserita de identificación.
Muy amables me la han cortado, les he dado las
gracias, ha terminado el informe la médico 1, muy callada y le he dicho alto y claro,
que no gritando: MUCHAS GRACIAS POR SU ATENCIÓN.
No soy una rotura fibrilar, la tengo, soy una persona con sentimientos y desde ayer
con mucho dolor y que respeta el trabajo de los demás, que pasa de ir a los
médicos por falta de tiempo y cuando voy es porque lo necesito, me siento más
vulnerable anímicamente y he salido del hospital además de muy cabreada con
muchas ganas de llorar, porque ningún profesional sanitario, ninguno, debe
tratar mal a los pacientes, aunque sea por un supuesto mal uso de las urgencias
hospitalarias.
Esta médico número 1, probablemente sea
inhumana en todas las facetas de su vida o esté harta de sus condiciones
laborales o….. me da igual que me da lo mismo, cuando nos ponemos la bata, el
uniforme, dejamos el mal humor en la taquilla y con los pacientes no se paga
nunca, escriban a los responsables políticos, sindicales, hagan huelgas de
hambre, se encadenen , pero a ser posible, miren a la cara al paciente y no a la
pantalla del ordenador, esperen a llegar a la consulta para que cuente su dolor
y ni siquiera a los niños les regañen, ni a sus padres, a nadie, esto no es
educación sanitaria, es simplemente maltrato al paciente y como acaba de
escribirme una amiga y compañera cada día con menos simpatía y empatía, ambas dos
cualidades muy necesarias en las profesiones sanitarias sencillamente porque la
mayoría de las veces y más en las urgencias, tratan a personas de distintas
edades con dolor y angustia, esta última se puede minimizar con una sonrisa y/o
una palabra agradable mientras se encuentra la causa del sufrimiento que aqueja
al doliente.
En el recorrido curricular de todas las
carreras, especialmente las relacionadas con la salud, se deben revisar las
competencias en comunicación y siempre habrá algún sitio para los que no saben
o no quieren comunicarse, retirado por supuesto del trato directo con el paciente.
Siento la extensión del escrito y aún me quedo
corta en proporción a la ya tristeza que siento, se ha disipado el enfado.
Gracias a la mayoría de
compañeros de profesión que por suerte no son como la médico1.
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