Sábado 27 de Mayo de 2017:
La hoja de ruta prevista para este fin de
semana, por circunstancias no previstas y que no voy a relatar en este escrito,
ha sufrido modificaciones importantes y he ido voluntariamente a trabajar un rato
por decencia/ética/ compromiso, da igual y porque llevamos un mes muy largo
escasos de personal enfermero y haciendo
malabarismos algunos para cubrir los turnos y poder atender adecuadamente a nuestros alumnos,
algunos con cuidados enfermeros paliativos.
Pues hecho lo que tenía que hacer a una alumna,
que por cierto es la segunda adjunta de la supervisión de enfermería, he visto
alguna cosilla más a otros chavalillos junto con la Auxiliar de Enfermería
(gracias J) y charlado con los otros compañeros del fin de semana a la sombra
de los pinos.
Y soy la Supervisora de Enfermería de un
Centro Público de Educación Especial, contratada por la Consejería de Educación
y no cobro lo que mis colegas en Sanidad, bastante menos, “pero seguramente no
pego ni palo como el resto de las Supervisoras, organizo todo fatal, tengo
favoritos y a los otros los cargo de trabajo………..” (tópicos- típicos como tantos
otros), sinceramente me da igual, qué me da los mismo, lo que sí puedo decir y
con mucha tranquilidad, es que disfruto en mi trabajo, sobre todo con los
alumnos y con algunos compañeros con los que llevo ya mil años trabajando.
Me río cantidad de mí misma, con los demás y de los otros, son
principios básicos de la risoterapia.
Otros trabajadores, paso de llamarles
compañeros, que son unos bocazas y aunque tengan la baja firmada por un médico
cuentan lo que no tienen que contar y todo se sabe por ello, están entrando en
una dinámica que me atrevo a definir de trastorno mental obsesivo compulsivo
con rasgos psicóticos y siento lo que
están sufriendo mientras piensan que cuando no van a trabajar me fastidian a
mí, al equipo directivo (también auténticos explotadores de la clase obrera).
Solo espero que se mejoren de sus dolencias y padecimientos y hallen la paz que
tanto necesitan.
Y por fin llegamos al título de este escrito:
Cuando ya me iba a casa a estrenar la temporada de piscina, cervecita y
libro, estaban algunos padres del cole en la sala polivalente con la
risoterapia.
La actividad la había organizado la AMPA para
toda la Comunidad Educativa y yo estaba apuntada, pero tras un episodio
familiar que rompió mi rutina de vida y descanso esta semana, me sentía agotada
y pagué la fila 0, porque los beneficios son para la Asociación Española de
Síndrome de Charge.
Desde la puerta me despedí con un beso
generalizado a todos los que estaban disfrutando y escuché: “venga pasa!. Y entré.
Y me alegro un montón porque además de reírnos
al realizar ciertos ejercicios, nos hemos relajado y he vuelto a casa feliz por
haber compartido con las madres y un padre de los alumnos del cole, esta
agradable experiencia que unidas a las del día a día, intensifican mi
admiración y respeto por todos ellos.
Los chavales estaban disfrutando en otro
espacio con voluntarios de A. Charge y hemos terminado con un aperitivo
estupendo preparado por los participantes.
Gracias a Mónica la terapeuta, nos ha hecho
sudar y compartir alegría, la que tanto necesitan algunos, muy recomendable
para la salud.
Reportaje fotográfico, porque las imágenes
hablan más que las palabras.
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