Ayer volví de Suiza, viaje corto pero intenso
que en otro momento compartiré, sobre todo algunas fotos espectaculares.
Anoche, cuando estaba en la cinta de los
equipajes en el aeropuerto, recibí un mensaje donde me informaron de que dos de
los alumnos del CPEE María Soriano han pasado a formar parte de ese cielo azul
ahora y por las noches si os fijáis, podremos ver dos estrellas muy brillantes más.
Acabo de hablar con las dos familias y como
siempre me quito el sombrero ante ambas. Aprendo de su fortaleza y sabiduría.
El primero en ser un lucero, llevaba 16 años
en nuestro colegio, desde los 3 a los 19, nos ha dejado el día 4 de Julio.
Su madre, Dania, me ha trasmitido muchas
emociones y mucha paz tras el hecho tan doloroso de perder a un hijo.
Freidy no quería venir al cole porque él era
feliz en su casa, lo tenía clarísimo, aún así, su espectacular sonrisa y a veces carcajadas,
las ofrecía cuando y a quién quería, a su madre siempre.
En ocasiones, estaba mucho tiempo en
Enfermería, múltiples cuidados, pero también asistía a clase con sus compañeros
y a los servicios especializados.
Dania, un inmenso abrazo de todos los que le
hemos cuidado y querido, muchos se estarán enterando por estas letras, pequeño
homenaje que suelo hacer a los niños que nos dejan.
Has sido una gran cuidadora y él ha tenido siempre mucho amor y
cuidados por vuestra parte, sin dudarlo. Ahora tienes que cuidarte tú y mucho,
cuenta con nuestro cariño siempre.
El segundo, también ha fallecido el día 16 de
Julio, con 12 años y estaba con nosotros desde el año 2010.
En este caso he hablado con su padre, Miguel,
que gracias a sus creencias religiosas, disculpa no recuerdo que culto es, se
encuentra fuerte, no así su madre a la que deseamos una pronta recuperación,
vuestros otros 6 hijos os necesitan mucho y son preciosos.
Nuestro Nano, estaba muy malito como me
decía su padre, que al mismo tiempo no quería creerlo. Ha tenido la gran suerte
de tener una amplia familia que ha hecho todo por él y también ha sido feliz
por ello.
Con Miguel padre, una de las veces que le
llamamos porque el chavalillo estaba
regulín y había que llevarle al hospital, mientras venía la ambulancia
mantuvimos una conversación simpatiquísima que siempre recordaremos y me decía
hace un rato que quería pasar en septiembre por el cole para dar las gracias a
todos los profesores y los profesionales que le hemos cuidado y querido.
Imposible no querer a nuestros niños y a sus
familias, lo merecen, se hacen querer y nos dan tanto...
Dentro de pocos días veremos las lágrimas de
San Lorenzo, en Madrid se llaman así y creo que en el resto de España, en otras
partes son lluvias de estrellas las Perseidas y veremos, si estamos en sitios
sin luz, muchas estrellas "caer" junto alguna lágrima nuestra
recordando a todos los ángeles y astros del CPEE María Soriano que son unos
verdaderos héroes.
Dania y Miguel, con vuestro permiso, he
escrito este pequeño texto y os hago extensivo el dolor de toda la Comunidad
Educativa del Centro por vuestras pérdidas y el abrazo de todos los que hemos
tenido la suerte de conoceros y quereros.
Ellos están arriba brillando y acompañándonos.
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