REFLEXIONES DE UNA SORDA RECONOCIDA. OIR?? PARA QUÉ
Llevo dos días que salgo de casa sin ponerme los audífonos y tengo que volver a entrar a por ellos. Es un acto rutinario y que realizo antes de salir a trabajar, en casa me los quito para que mis oídos se ventilen y concentrarme en mis cosas. En el coche, camino del trabajo, suelo ir oyendo la radio, noticias no, necesito ir a trabajar con buen humor, y suelo pensar.
Pienso luego existo, y pienso en muchas cosas, depende del día. Y ayer iba pensando lo que pongo en el título, oir paqué? Y recordé mi hipoacusia desde niña que no de nacimiento, creo. Cómo fui una niña “integrada” en el colegio sin saber que se llama así, sin leyes de integración social, con sentido común de los implicados en mi proceso educativo: mis padres, más mi madre claro y las monjas. Fui una niña grande para mi edad, me desarrollé antes que mis compañeras de clase (hacía de Gulliver en las obras de teatro, que hacíamos un montón..), por tanto me tocaba la última fila en clase y no me enteraba de nada, NO OÍA, así que mi madre iba al cole, hablaba y me cambiaban de sitio, a la segunda fila en un lateral.
Y desde ahí, desarrollé una gran habilidad, que es leer los labios de las personas, una herramienta más que me ha servido y sirve para manejarme por los mundos. Me fueron aplicados distintos tratamientos médicos de la época y ahora que soy mayor y que sé algo de esto, creo que no atinaban con el origen de mi sordera y por no extenderme, este no es el objetivo de estas reflexiones, cuando me he cansado de tanto tratamiento pseudo-experimental, me puse los audífonos y a otra cosa mariposa, hace unos 6 años.
Cuando me dicen que me hago la sorda, sonrío, porque sí, también a veces y como todos los no sordos, oigo lo que me interesa, mejor dicho, oir igual lo oigo, lo que no hago es procesar eso que he oído, así que queridos compañeros y personas de mi entorno, os quedaréis siempre con la duda de si he pasado del tema o no. (Al Director no sé, pero le oigo fatal…será por su tono de voz)
Las típicas risas que a muchas personas les produce la no discriminación de algunas palabras (si me dicen sorda, entiendo gorda o si me dicen torpe entiendo borde y si me dicen guapa, lo entiendo a la primera!), a mí también me producen alegría y mucha además! En un trabajo como el nuestro,con bastante tensión diaria,la sonrisa y la risa con ganas, es un medio muy adecuado para la relajación, mueve muchos órganos, músculos, segrega hormonas muy necesarias para mejorar los estados de ánimo, en definitiva, que veo muchas más ventajas casi en ser sorda que en no serlo. Por cierto a veces hablo muy alto, no solo porque tengo mucha energía vital, que también, no me oigo yo misma el tono de voz, por lo que os agradezco cuando me sugerís tan amablemente que baje la voz o que la suba.
A veces me dan ganas de ponerme un cartelito con una clave, un pictograma, que diga que soy sorda, pero no tonta, el grado de tontería no está relacionado ni producido por la hipoacusia.
Y como sabéis al tener uno de los sentidos con déficit, desarrollamos otros más y hasta adquirimos unas destrezas que no puedo confesar para no dar más pistas, pero que estoy segura que los no oyentes o menos oyentes, las sabemos.
En un mundo tan globalizado e individualista, el poder dejar de oir involuntariamente en mi caso, permite disfrutar del silencio y una mayor paz y serenidad interior, cada día más necesaria para sobrellevar con cierto humor esta sociedad en la que nos toca vivir y que a muchos nos gustaría fuera muy diferente, aceptando a las personas con disminuciones /discapacidades/déficits físicos, psíquicos y sensoriales de manera sencilla y sin tener que hacer tantos esfuerzos, ni para los que tienen que aceptar que no todos somos iguales ni para los que no somos normofuncionantes en algún aspecto tampoco nos sintamos maltratados, es cuestión de tiempo y cultura en general, en la edad media era peor de verdad.
Seguramente muchos de los que me leen y me conocen en persona no sabían que estoy SORDA, normalicemos los sordos nuestra discapacidad, que no nos impide muchas cosas, seamos tolerantes también con los que no son capaces de entendernos y digamos que no oímos sin darnos corte y en caso más graves que el mío, que pongan personas que con lenguaje de signos y otras herramientas tecnológicas, mejoren nuestra calidad de vida.
Háblame a los ojos, suspírame al oído y sobre todo quiéreme.
1 comentario:
¡Qué gran ventaja!, poner el "mute" y desconectarse del ruido para disfrutar del silencio. No se me había ocurrido y me parece maravilloso, hablar con uno mismo sin interferencias.Y otra ventaja, poder decir: ¡disculpa,estoy algo sorda! ¿qué me decías? (igual con suerte no repiten la misma tontería) o también decir: ¡No, no se me ha olvidado, es que soy algo sorda y tal vez, no te oí!. En fin, desde esta perspectiva, eres una sorda con suerte pero además lo eres por otras muchas razones como esa "energía desbordante", al borde de la hiperactividad, je,je y ese rostro guapo, tan alegre siempre, tan expresivo, y un don especial para emitir "burbujeantes carcajadas", altamente contagiosas. Pues eso, una sorda con suerte, una sorda muy querida, una sorda muy especial, que hacía de Gulliver porque cuando era pequeña, ya era grande. Te quiero mucho, soy felíz de poder contarte entre mis amigos.
Macu.
Publicar un comentario