Desde hace casi 50 años, he vivido la experiencia “del Primer Día de Clase”, como alumna en las distintas etapas educativas por las que fui pasando y sigo y como profesional de la enfermería en un Centro Público de Educación Especial, desde hace ya 30 años.
Evidentemente, de la etapa de estudiante, recuerdo muchas cosas que he vivido y recordado posteriormente como madre y ahora con mi nieto de 5 años, que ayer tenía una mezcla entre ilusión y nervios por pasar a la clase de los mayores, 1º de primaria. Su mayor preocupación ayer era si hoy podría jugar con sus amigos. ME ENCANTA Y ADORO A MI NIETO.
Y este día tan especial, en el CPEE María Soriano, nos produce mucha alegría, vemos como crecen, como algunos vienen contentos, otros no les hace ninguna gracia y nos enteramos de que alguno no vendrá más, se ha ido a dónde esperemos que tardemos mucho en llegar.
Por tanto, es un día alegre/ triste y sobre todo de muchísimo trabajo.
Todos los alumnos, con sus familias, pasan nada más llegar por el departamento de enfermería, dónde después de los correspondientes saludos a los padres y achuchones a los niños, tomamos buena nota de cómo han pasado el verano en el apartado “salud”: hospitalizaciones, cambios de tratamientos, problemillas durante las vacaciones….
Y después a clase.
Me pasa como a mi nieto, estoy entre ilusionada y ya no nerviosa, la verdad, pero si expectante y sí que sé que hoy no voy a jugar en el cole!!!, que es un día agotador.
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1 comentario:
cari,dsd el kriño mas absoluto:nos vas a mirar el tma rotacion?dixo sto q tngas fliz noxe
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