júbilo.
Del lat. iubĭlum.
1. m. Viva alegría, y especialmente la que se manifiesta con signos exteriores.
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Querido compañero Carlos:
El pasado jueves, hasta el último momento de tu
jornada laboral, mantuviste tu quehacer rutinario, los que te conocemos
sabíamos que la intensa gama de emociones que sentías al ser tu último día de
trabajo querías controlarlas a toda costa y solo cuando era tu hora de fichar,
te despediste con una abrazo de todos y cada uno de los que estábamos en el
área sanitaria del CPEE María Soriano. Que sepas que también estábamos con un
nudillo en la garganta.
Llegaste a este colegio hace unos 10 años y nuestros
inicios fueron algo “tormentosos”, seguramente por el contexto, centro
educativo singular y especial y por los características personales de cada uno,
lo que no impidió que, como buena gente que somos básicamente, hayamos podido
colaborar en mejorar la atención de los alumnos, que en definitiva es para lo
que vamos a laborar día a día.
Coincidimos en compartir una hipoacusia que a veces
nos hace subir el tono y en tener un buen sentido del humor, también somos
vehementes y sencillamente cabezotas y defendemos con tesón lo que creemos
profesionalmente que hay que conseguir, aunque con matices distintos, que no
son distanciadores, al menos yo los interpreto como aprendizaje de vida, porque
cuando uno no quiere dos no discuten y resumiendo los dos pusimos bases para el
entendimiento y la cordialidad.
Te ha dado mucha pena jubilarte, lo has hecho como
diría una política estos días que prefiero ni nombrar, cuando es ya obligatorio,
yo estoy que rabio desde que sé que ya no puedo ni prejubilarme, porque he
nacido en el 58 y no en el 57.
Has dejado todo ordenado, algunas cosas previsibles
organizadas, incluso bromeabas con volver de voluntario o becario…!Ni se te
ocurra! , ya te he dicho en estos días que vengas los viernes a invitar a las
cañas.
El miércoles como es habitual y lógico, se celebró la
despedida institucional y la de los compañeros que con unos detalles que
sabemos que te han gustado mucho, queríamos demostrarte todo nuestro cariño. Al
final, el reportaje fotográfico tú tienes todas las fotos ya, aquí solo pondré algunas.
Estimado médico rehabilitador, disfruta de esta nueva
etapa de tu vida que muchos ansiamos llegar al menos como tú y a tu “SANTA”, tu querida Maribel, no le des mucho la tabarra y a deleitarse también con esos
dos hijos tan estupendos y de los que tan orgulloso estás.
Estaremos encantados de verte y poder decirte ¡qué
bien te sienta la jubilación!
Y recuerda:
Viva alegría, y especialmente la que se manifiesta con signos exteriores.
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