miércoles, 11 de enero de 2017

AL HILO DE…



“Es una cuestión de disciplina, me decía más tarde el principito. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta” El Principit.  Antoine De Saint-Exupéry.


Tras dos meses de parón obligatorio laboral por baja médica, me reincorporo hoy a mi habitual actividad profesional.

Y vuelvo contenta porque soy de las personas privilegiadas a las que nos gusta nuestra profesión, nos reinventamos y actualizamos para poder seguir día tras día y año tras año en un medio no sanitario y superar adversidades  personales y laborales, con el convencimiento de que hay, entre tanto sufrimiento, un objetivo fundamental: la mejora de la calidad de vida de los alumnos del CPEE María Soriano, su familias y por supuesto de todos los profesionales  que en su inmensa mayoría persiguen lo mismo.


Sinceramente, estoy muy cansada, física y emocionalmente,  pero no me siento derrotada.


Durante estos 2 meses de baja he tenido tiempo de pensar, analizar, relativizar y vivir como enfermera el trato recibido como paciente en la Sanidad Pública Madrileña, padeciendo mucho dolor físico, mucha demora en las resoluciones  diagnósticas, de hecho no sé el diagnóstico todavía, “buscarme la vida” para paliar el dolor y aún a punto de tirar la toalla, tener la capacidad de decir: el Sistema Sanitario Público actual es deficitario, hace aguas desde hace años, tiene por lo general profesionales de calidad con claros signos de estar quemados y oyes sin querer y recuerdo que soy hipoacúsica, quejas como que son 6 minutos los que tiene un médico de familia por paciente, así que hay que olvidarse de lo de la concepción holística de los seres humanos, queda muy chuli en los Congresos, pero en la realidad diaria es una mamandurria, si pueden, te ven el trozo de cuerpo que te duele y ponen tratamiento, piden pruebas diagnósticas por protocolo (¿) y hablar con el paciente , no hay tiempo, que pase el siguiente.


Y si durante el proceso, te derivan a urgencias hospitalarias, este ya es otro cantar, porque observas y escuchas mucho más.

Hay un problema  real del Sistema Sanitario Público, indiscutible, pero también hay déficits de capacitación, resolución y HUMANIZACIÓN de algunos profesionales de la sanidad.

No tenía ánimos para haber ido haciendo un pequeño diario de este bache en el camino, acumulaba la pena y la rabia y en ocasiones no podía ni gestionarla, pero gracias a muchos que están en el mismo árbol de vida conmigo y al trabajo personal realizado, he tomado la decisión de volver a trabajar con unas cuantas pastillas para el dolor y sobre todo intentar en mi práctica enfermera, ser más humana, escuchar más y tratar de solucionar con los medios a mi alcance, el dolor de los alumnos.

No es nada nuevo, son muchos años en ello, pero cada día de manera más consciente, se que una sonrisa, un abrazo o una palabra de ánimo son tan importantes como el diazepan y el diclofenaco.

De alguna manera, mejorar el entorno inmediato desde nuestro destino, en un día a día que sume ilusiones al ambiente de negatividad social que nos rodea y en nuestra pequeña y GRAN familia del CPEE María Soriano, sigamos mejorando, se lo debemos a nuestros chavales que con sus ojos nos trasmiten agradecimiento y bienestar, déjalos pasar a tu corazón, eso es lo que da fortaleza para seguir caminando.


“Yo pinto como si fuera andando por la calle. Recojo una perla o un mendrugo de pan; es eso lo que doy, lo que recojo.” Joan Miró


1 comentario:

C. cerrato dijo...

Me maravilla que haya gente como tú. Con tu ejemplo y dedicacion Siempre nos queda la esperanza de que llegado el caso pueda aparecer un profesional como tu que nos atienda como corresponde.