Cuentan por ahí que cierto día una serpiente empezó a perseguir a
una luciérnaga.
La pobre luciérnaga trataba de escapar rápidamente, tenía bastante
miedo; pero la feroz serpiente que la perseguía no estaba dispuesta a dejarla
vivir.
Voló velozmente por un día, pero atrás de ella seguía la
serpiente. Voló rápido otro día, y la continuaban persiguiendo.
Otro día más, y ahí estaba su perseguidora.
Ya cansadísima, la luciérnaga se detuvo y le preguntó a la
serpiente:
¿Acaso te alimentas de luciérnagas?
No
¿Hice acaso algo que te lastimara?
No
Entonces, ¿Por qué deseas terminar conmigo?
Porque no soporto ver que brilles.....SssSsSsSsSsS!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario