Vídeo Capacidades Personales de Víctor Kuppers
De
este vídeo que os recomiendo ver y escuchar, dura casi 47 minutos pero se pueden extraer muchas conclusiones válidas
para todos los aspectos de la vida, no sólo el mercantil/profesional, que también.
Y
la fórmula matemática que expone Víctor Kuppers, con algún índice de
variabilidad que no puedo representar numéricamente por mi desconocimiento al
respecto, es como un referente de vida, nunca imaginé que los matemáticos
pudieran con sus terminologías y representaciones, hacer reflexionar sobre
nuestras capacidades personales y con sentido del humor transmitir tanto.
V = (C + H) x A
(me permito las mayúsculas, por lo que para mí significan)
En
resumen, el mío claro, cuánto vales (V) es igual al Conocimiento + Habilidad
(C+H) y multiplicado nada menos que por
la Actitud (A).
Podemos
saber mucho y no tener la habilidad suficiente para poner en marcha ese saber
pero si la actitud es buena, al multiplicar el anterior paréntesis, sube la nota
final, es decir lo que valemos. También podemos tener unos conocimientos
básicos y una habilidad estupenda para desarrollar los mismos.
Pero
lo que es más importante, en la vida también, es la actitud con la que nos
podemos “cargar” tanto la C como la H o por el contrario elevar esa V y por
tanto sentirnos que sí que valemos, seamos o no reconocidos por el medio en el
que nos movemos, que a la larga es lo que importa, cómo siente uno mismo lo que
vale.
Reitero
que con múltiples variantes por los cambios y evoluciones tanto personales como
del entorno, fórmula como toda teoría científica, evaluables y con
replanteamiento de la hipótesis inicial.
Y
en el caso de la Enfermería, Arte y Ciencia o Ciencia y Arte, es que viene como
anillo al dedo. Hablo de lo que más conozco y vivo, así no tengo que teorizar y
me resulta más sencillo.
Es
evidente que hay que tener conocimientos (C) y actualizar los mismos dado el
avance continuo de esta ciencia, por lo que la formación permanente es
indispensable, otra cosa ya es que nos la faciliten o nos la busquemos por
nuestra cuenta. Cuánto más sepamos de lo que nos traemos entre manos, mejor
atención y cuidados de calidad podemos prestar a nuestros pacientes.
La
habilidad (H) que en este caso tiene mucho que ver con el Arte de la
enfermería, se va adquiriendo con la experiencia de los años, lo cual facilita
que ese saber sea también aplicado al mejor hacer profesional, comunicando con nuestros
usuarios mucho mejor y sorteando los múltiples tropiezos e inconvenientes que
no facilitan desde los poderes públicos nuestra labor diaria. A pesar de ellos
y no por vocación “caritativa” como pretenden que vea la sociedad nuestro
trabajo, tenemos la habilidad de reinventar y hasta olvidar que cada día somos
peor considerados y tratados por ellos, los que mueven los hilos y mal.
Y
por último, esa Actitud (A) multiplicadora que cuando es positiva, vital y
alegre, para las personas que sufren,
tienen enfermedades, suyas o de los más cercanos y que necesitan también que el
profesional que les cuida, les de confianza, respeto y mucho cariño.
Y
también los compañeros y los jefes inmediatos o los que desde fuera apenas si
saben lo que hacemos, de nuestra actitud ante la vida y la profesión y con
grandes dosis de paciencia, perseverancia y sentido del humor (algunas de las
variables que propongo), depende que la Enfermería siga siendo un valor en
alza, cada vez más valorada por los ciudadanos y necesaria en la sociedad que
vivimos, llena de contrasentidos donde conviven los más crueles seres humanos
con los más solidarios y bondadosos.
Como
dijo Séneca:
"Muchas cosas no nos atrevemos a emprenderlas, no porque sean
difíciles en sí, sino que son difíciles porque no nos atrevemos a emprenderlas."
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