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domingo, 14 de abril de 2013

Tú si que vales, o no?



Vídeo Capacidades Personales de Víctor Kuppers


De este vídeo que os recomiendo ver y escuchar, dura casi 47 minutos  pero se pueden extraer muchas conclusiones válidas para todos los aspectos de la vida, no sólo el mercantil/profesional, que también.


Y la fórmula matemática que expone Víctor Kuppers, con algún índice de variabilidad que no puedo representar numéricamente por mi desconocimiento al respecto, es como un referente de vida, nunca imaginé que los matemáticos pudieran con sus terminologías y representaciones, hacer reflexionar sobre nuestras capacidades personales y con sentido del humor transmitir tanto.

 

V = (C + H) x A (me permito las mayúsculas, por lo que para mí significan)

 

En resumen, el mío claro, cuánto vales (V) es igual al Conocimiento + Habilidad (C+H) y  multiplicado nada menos que por la Actitud (A).

 

Podemos saber mucho y no tener la habilidad suficiente para poner en marcha ese saber pero si la actitud es buena, al multiplicar el anterior paréntesis, sube la nota final, es decir lo que valemos. También podemos tener unos conocimientos básicos y una habilidad estupenda para desarrollar los mismos.

 

Pero lo que es más importante, en la vida también, es la actitud con la que nos podemos “cargar” tanto la C como la H o por el contrario elevar esa V y por tanto sentirnos que sí que valemos, seamos o no reconocidos por el medio en el que nos movemos, que a la larga es lo que importa, cómo siente uno mismo lo que vale.

 

Reitero que con múltiples variantes por los cambios y evoluciones tanto personales como del entorno, fórmula como toda teoría científica, evaluables y con replanteamiento de la hipótesis inicial.

 

Y en el caso de la Enfermería, Arte y Ciencia o Ciencia y Arte, es que viene como anillo al dedo. Hablo de lo que más conozco y vivo, así no tengo que teorizar y me resulta más sencillo.

 

Es evidente que hay que tener conocimientos (C) y actualizar los mismos dado el avance continuo de esta ciencia, por lo que la formación permanente es indispensable, otra cosa ya es que nos la faciliten o nos la busquemos por nuestra cuenta. Cuánto más sepamos de lo que nos traemos entre manos, mejor atención y cuidados de calidad podemos prestar a nuestros pacientes.

 

La habilidad (H) que en este caso tiene mucho que ver con el Arte de la enfermería, se va adquiriendo con la experiencia de los años, lo cual facilita que ese saber sea también aplicado al mejor hacer profesional, comunicando con nuestros usuarios mucho mejor y sorteando los múltiples tropiezos e inconvenientes que no facilitan desde los poderes públicos nuestra labor diaria. A pesar de ellos y no por vocación “caritativa” como pretenden que vea la sociedad nuestro trabajo, tenemos la habilidad de reinventar y hasta olvidar que cada día somos peor considerados y tratados por ellos, los que mueven los hilos y mal.

 

Y por último, esa Actitud (A) multiplicadora que cuando es positiva, vital y alegre,  para las personas que sufren, tienen enfermedades, suyas o de los más cercanos y que necesitan también que el profesional que les cuida, les de confianza, respeto y mucho cariño.

Y también los compañeros y los jefes inmediatos o los que desde fuera apenas si saben lo que hacemos, de nuestra actitud ante la vida y la profesión y con grandes dosis de paciencia, perseverancia y sentido del humor (algunas de las variables que propongo), depende que la Enfermería siga siendo un valor en alza, cada vez más valorada por los ciudadanos y necesaria en la sociedad que vivimos, llena de contrasentidos donde conviven los más crueles seres humanos con los más solidarios y bondadosos.

Como dijo Séneca:
"Muchas cosas no nos atrevemos a emprenderlas, no porque sean difíciles en sí, sino que son difíciles porque no nos atrevemos a emprenderlas."

 

 

 

 

 

 

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