En verano, una gran mayoría, tenemos vacaciones laborales y
parece que si no hacemos un viaje al sitio más “exótico” del planeta,
realizamos mil cosas no frecuentes y luego las contamos y compartimos por la
red…. No han sido vacaciones al uso. !ea!
Lees las recomendaciones de sabios y expertos, los más
allegados te dicen lo que tienes que hacer y no hacer y hasta el otro día leía
un reportaje sobre el estrés prevacacional, sí el pre, no el post… este lo
comentan a partir del 1 de septiembre.
Como en casi todo, la máxima” no hay enfermedad, sino enfermos”, la aplicaría a este tema y
diría: hay vacaciones, que cada uno las disfrute como quiera y sobre todo como
pueda.
Demostrable que genera menos frustración y ansiedad.
Viajes, deportes, lectura, no hacer nada (nunca he sabido cómo
se puede estar 15 días o más sin hacer NADA), quedarse en casa, pasear,
aprovechar que la grandes ciudades están medio vacías, familias, amigos, …
opciones para que cada cual y sin pensar más que en lo que a uno mismo le
descansa y se supone carga baterías para el siguiente año laboral.
Los años de vida y la experiencia, al menos a mí, me han hecho
saber lo que no quiero y en vacaciones huyo de aglomeraciones y calores
excesivos y a mi manera reflexiono sobre lo vivido y lo que, si sigo por aquí,
es probable que venga o no. En términos de calidad, se podría llamar evaluación
de vida previa revisión de los objetivos marcados, sin dolor y con ganas de
vivir plenamente todos los días del año, planteando modificaciones de algunos
procesos claves vitales.
Creo que todos los años por estas fechas escribo algo similar,
este proceso de autoevaluación personal suelo hacerlo en verano y final de año,
el más profundo cada 10 años, creo que a partir de ahora será cada 3 años por
razones obvias.
En este periodo estival, hay muchos factores (muchas espinitas en el
diagrama de Ishikawa (espina de pescado/ causa-efecto), que en ocasiones tratan
de ensombrecer y poner complicado llegar al producto final, pero acompañando y
mejorando mucho este proceso se puede recurrir a la relajación mental a través
de las respiraciones profundas y no vale dormirse…
Conclusiones personales: que cada cual disfrute como quiera y
pueda de su descanso laboral, de su día a día en esta vida que nunca mejor
dicho ¡son dos días!
“Cuando no se encuentra descanso en uno
mismo, es inútil buscarlo en otra parte.”
François
de La Rochefoucauld (1613-1680) Escritor francés.
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