Querida Dalsy:
Hoy por fin encuentro fuerzas y tiempo, para como hago siempre
que un alumno del CPEE María Soriano se va a jugar para siempre con las
estrellas, escribir en mi blog y de alguna manera cerrar el duelo, que no el
recuerdo.
Ha pasado una semana desde que fuimos a darte un abrazo a ti,
tu hija y marido y probablemente hoy estés en tu País con nuestra querida niña,
tu hija, la que tanto has querido y siempre estará en tú corazón.
Compartimos con todos vosotros ese cariño hacia una criatura que
como comentábamos, inspiraba mucha ternura, con esos enormes y preciosos ojos
negros y esa sonrisa tan suya.
La sentíamos “parte nuestra” como alumna escolarizada en la
residencia y un poco más de Enfermería en los últimos meses que permaneció
ingresada en la zona sanitaria, recibiendo muchos cuidados de salud
(paliativos) y sobre todo y también
mucho amor.
Ya te dije cuando te abrazaba que era un abrazo muy grande
porque tenía muchos encargos de compañeros que no pudieron acudir por estar
fuera de Madrid.
Dalsy, madre luchadora que estás sufriendo ahora mucho
lógicamente, que como nos decías lo sabías todo de su enfermedad y que parecía
que a ella no le iba a pasar, que entre lágrimas nos contabas tantas cosas y
nos enseñabas tantas fotos…
Como siempre he dicho y reafirmo, cada día aprendo
más de las familias de nuestros alumnos y de las madres un poco más porque
generalmente asumen la mayor carga asistencial y emocional de sus hijos y
porque empatizo y me solidarizo también contigo como mujer y madre.
El artículo sobre la enfermedad que tenía tu hija, cuando
regreses, ya me dirás si quieres que lo siga escribiendo, ahora solo deseo a
través estas líneas mostrarte el cariño de toda la comunidad educativa del
Centro, todos añoraremos a tu hija y las puertas del colegio y sus
profesionales siempre estarán abiertas para vosotros, como siempre.
Ánimo mujer valiente y recibe un fuerte abrazo
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