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jueves, 17 de abril de 2014

DESCANSA PEQUEÑO…




Junto con los que te han precedido, grandes y chicos y que nos esperan a todos mientras su recuerdo nos sume en ocasiones en melancolía y otras en serenidad reflexiva, desde la que te despido, dulce niño.

Separaciones definitivas siempre duelen y las de los niños, que me permitan decir “nuestros”, los alumnos del CPEE María Soriano y que compartimos con sus familias, muchos llegan con 3 años y hasta los 21 que debieran pasar a la Consejería de Bienestar Social, es una etapa muy larga para ver cómo crecen y son felices en muchos momentos de su jornada escolar. Compartimos tantas cosas con ellos y sus familias que suelen establecerse lazos afectivos muy importantes.

Y algunos os vais antes de tiempo, muy pronto, a otras ciudades, colegios o a jugar para siempre entre las estrellas.

Y para eso estamos también el personal sanitario, para que mientras estéis con nosotros, todos los procesos que viváis sean mejores, más tranquilos para toda la comunidad educativa (eficacia/eficiencia).

Oigo con frecuencia, los hipoacúsicos también oímos y escuchamos, que no se valora adecuadamente el trabajo diario sanitario, yo también lo pienso en ocasiones.

Pero será por la pérdida reciente de mi madre y otras circunstancias personales dolorosas, que estoy aprendiendo a relativizar a la fuerza, lo que se supone me corresponde por edad y experiencia y ya solo me afecta o importa lo que yo siento, no lo que opinen los demás.

¿A quién le importa lo que yo hago? A mi misma y con este pequeño que acaba de partir sé lo que hemos hecho y ha sido una actuación más allá de lo correcto: hemos humanizado el sufrimiento, simplemente y como hacemos todos los días y  con todos los alumnos y sus padres. Y no es fácil.

La historia se escribe de muchas maneras, la de cada uno y para poder seguir avanzando a pesar de lo que es difícil de asimilar algunas circunstancias en el entorno educativo, tiene momentos de paro forzoso y revisión de objetivos personales, llorar, callar, consolar y continuar.

Aderecemos esta vida con continuas gotas de amor, profesionalidad también, que vayan formando una lluvia suave que hagan florecer los sentimientos y la solidaridad en los que aún creemos en los demás y en nuestro rol en la vida.

Creyendo en nosotros mismos, en nuestras fortalezas, perdonándonos nuestras debilidades, podremos mejorar nuestro pequeño mundo, el que tenemos a mano y nos rodea.
Seguiremos cuidando y acompañando a muchos niños y jóvenes con patologías (algunas muy graves y de pronóstico letal), en su andadura por este  singular Centro de Educación Especial (único en España), donde todos los profesionales aportamos nuestro saber y buen hacer.

Hemos conocido poco pero intensamente a tus padres, sufren mucho en estos momentos, desde aquí y como parte del cierre de mi duelo personal, les mando un fuerte abrazo.

En una vitrina de mi despacho y es una realidad:

"Si  puedes curar… cura
 Si no puedes curar…alivia
 Si no puedes aliviar….consuela"



1 comentario:

  1. Un mal escritor puede llegar a ser un buen crítico, por la misma razón que un pésimo vino también puede llegar a ser un buen vinagre

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