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martes, 5 de marzo de 2013

RECOLOCANDO


 
 
 
Hay épocas en la vida duras y hay un refrán por ahí que dice que  al perro flaco todo se le vuelven pulgas, en definitiva, últimamente vivo distintas situaciones personales y laborales complicadas, como si alguien estuviera poniendo a prueba mi resistencia y paciencia, sintiendo en muchas ocasiones que no puedo más, pero va a ser que sí, que puedo.

 

La situación triste de estar perdiendo a una madre poco a poco e inexorablemente es lo único que realmente me entristece, aún sabiendo lo de la ley de vida, su edad y todo lo que tratamos de asumir y que nos dicen los demás, es mi madre y me cuesta ver un final tan lento y tan penoso.

 

Otros hechos de salud de familiares, no tan graves, pero que unidos al anterior, también hacen que acabe el día con verdadero agotamiento y no sólo físico. Además, trabajo fuera de casa, en un Centro de Educación Especial singular (único en la Comunidad de Madrid) al que acudo hace casi 35 años y en el que he dejado y dejo mucha energía vital,  pero confieso que cada día me cuesta más y confieso que he vivido que dijo Neruda.

 

Y si ahora mismo me mantengo de pie y con la cabeza alta o baja si miro al suelo, es porque sé que el tiempo pone muchas cosas en su sitio, las mentiras tienen las patas cortas y la falta de honradez de algunos es contrarrestada por mi integridad personal y profesional, no tengo prisa.

 

A mi no me han sancionado nunca, ni amonestado siquiera, todo lo contrario he recibido múltiples felicitaciones por parte de mucha gente, de los VIPS y por escrito incluso y de muchos compañeros y  padres de alumnos. Con algunos alumnos mantengo hoy en día relación y a muchos les he ayudado y de distintas formas, también a partir al lugar dónde todos llegaremos.

 

Tengo un trabajo que me gusta, mi profesión para ser más exacta y acudo a trabajar sin amarguras, ni “mal rollo”, cierto es que cada vez más cansada como la mayoría de los trabajadores por la escasez de recursos y el sueldo penoso, pero también por trabajar en un Centro tan complicado en el que hay escolarizados alumnos muy graves y donde muchos aspectos no son contemplados, surgiendo continuamente disfunciones que algunos tratamos de solventar, pero que otros se encargan de dificultar aún más con actitudes profesionales lejos de la más mínima ética humana y profesional.

 

No ha sido nada fácil en una institución educativa intermediar entre los sanitarios y los docentes, respetar la legislación obsoleta y desfasada que nos rige y atender con unos cuidados sanitarios de calidad a los alumnos y muchas veces me he sentido muy sola e injustamente tratada, tampoco pasa nada, aunque duele y mucho.

 

Valoro mi trayectoria profesional como positiva, progresando adecuadamente que se dice en terminología docente, en algunas asignaturas todo conseguido, en otras en proceso y probablemente en algunas necesito mejorar, pero si hay algo que me caracteriza es que me enfrento a los problemas y de cara, no hablo en los pasillos de cotilleos rastreros y defiendo con vehemencia y constancia  lo que creo que puede mejorar la atención de los alumnos y de paso, si es posible, las condiciones de trabajo de mis compañeros, si es que puedo seguir llamando así a algunos.

También alguien dijo, no encuentro el autor, valgo más por lo que callo que por lo que hablo, por lo que por hoy no voy a contar mucho más, reitero mi confianza en el tiempo y en la recolocación de mentes retorcidas y generadoras de conflictos y pobres, no saben lo que hacen.

 

Una cosa más, me siento muy querida y valorada por quién realmente me importa y quiero y valoro a mucha gente que me importa, la mayoría de los que me rodean.

 

 

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