Y muy dura.
El pasado lunes despedíamos a un niño de 3 años, hoy despedimos a una niña de 5.
Por los pasillos percibes emociones que todos tratamos de contener porque hay otros muchos niños que están en el colegio y hay que continuar, aunque sea pesado hoy casi hasta respirar. Algunos ni queremos verbalizar, hoy no.
Enfrentarse al inmenso dolor de que se mueran niños y de acompañar a su familias en el duelo, es un aprendizaje de vida y no precisamente sencillo. En los libros puedes aprender cosas, en lo cotidiano y con los años, mucho más.
Nosotros también tenemos un duelo que cada uno procesamos a nuestra manera, parte del mío es escribir unas letras de despedida a cada chaval y dar desde aquí un abrazo a sus familias, aunque apenas hace unas horas se lo haya dado en el tanatorio, junto con otros compañeros.
Les queremos, cuidamos, enseñamos, mimamos, no son “nuestros niños” como muchas veces decimos, pero si los sentimos “muy nuestros” y hacen que cuando llegamos a trabajar, dejemos en la puerta muchos problemas externos, personales y sociales y vivamos en un mundo distinto, de colores de muchas tonalidades según el día y que con las mejoras que se pueden hacer evidentemente, disfrutemos en general y mucho todos los integrantes de esta Comunidad Educativa.
El año ha empezado “castigando” duramente y la semana está siendo “horribilis”, las noticias del exterior (corrupción, paro, privatización de la sanidad, ….), no ayudan a tener mucho ánimo, hoy me permito estar triste, muy triste, mañana será ya otro día.
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