Aflicción, angustia, desconsuelo, sensaciones de muchos ciudadanos
españoles, que observamos cómo estamos retrocediendo décadas y desapareciendo
derechos y no sólo laborales, los sociales y que conformaban un estado de
bienestar muy mejorable, pero que atendía mucho mejor a las desigualdades y personas más
desfavorecidas.
Yo no me siento responsable de la actual crisis, asisto perpleja a la no dimisión de muchos “supuestos”
ladrones de guante blanco que si nos han llevado a la misma y siguen tomando
medidas aleatorias, sin sentido, sin una gestión apropiada.
Sanidad, Educación y Servicios Sociales están a la venta y no
hacemos nada. Las protestas de los colectivos de trabajadores, no
pertenecientes en su mayoría a ningún partido, ni sindicato, no es solo por sus
derechos laborales, mejor que yo lo escribe un ciudadano anónimo al que invito
a leer y reflexionar, como dice: “EL PROBLEMA LO TENEMOS LOS USUARIOS DEL
SISTEMA SANITARIO”
DESDE FUERA
Artículo
de Opinión
Desde
fuera es un imponente edificio de color gris. Donde antes solo había campo
ahora hay un hospital.
Desde
fuera, según te vas acercando, notas que pasa algo.
Hay
sabanas con frases escritas (SE VENDE HOSPITAL), (LA SANIDAD PUBLICA NO SE
VENDE, SE DEFIENDE) lo que va dando una idea de lo que ocurre.
Desde
fuera, al llegar a la puerta, los carteles, las pancartas, los slogans, las
pegatinas, lo ocupan todo, y sobre media mañana ocurre algo.
Un buen
número de personas ataviadas con distintos "pijamas" de colores se
reúne en el exterior. Azules, amarillos, verdes, blancos.
Desde
fuera no se sabe muy bien quién es quién, pero parece que todos tienen el mismo
problema.
Desde
fuera se escucha decir que la sanidad debe ser publica, que no es algo con lo
que se deba hacer negocio, que con la privatización perdemos todos...
Desde
fuera no se ve muy bien cuál es el problema. A fin de cuentas nadie va a tener
que pagar por la atención sanitaria, sea su gestión pública o privada.
Desde
fuera parece que esta "rabieta" de los sanitarios es el recurso del
pataleo.
Y como
desde fuera no tenemos todo el escenario a la vista, nos colamos dentro para
tener una perspectiva más amplia.
Desde
dentro todo cambia.
Desde
dentro se puede ver el trabajo que día a día realizan los profesionales de la
salud.
Desde
dentro se puede oír que el principal tema de conversación no es la pérdida de
algunos puestos de trabajo ni de algunos "privilegios", sino la
preocupación por el declive de la calidad de la asistencia sanitaria.
Desde
dentro se ve cómo cientos de profesionales, de forma libre y sin depender de
presiones sindicales ni políticas, han dejado a un lado su vida, sus familias,
sus hobbies, sus amigos, y el día en que conocieron la noticia decidieron dar
un paso adelante y plantar cara.
Desde
dentro puedes ver como se han ido organizando, cómo han ido llamando a las
puertas necesarias y adecuadas para dar a conocer su mensaje.
Puedes
ver a médicos reconvertidos en "community manager" recopilando
información y distribuyéndola a través de redes sociales, puedes ver DUE,s
(enfermer@s) dando ruedas de prensa y hablando frente a una cámara de
televisión, auxiliares diseñando carteles y pancartas, técnicos,
fisioterapeutas, todos ellos moviéndose en el mismo camino.
Desde
fuera se ven los carteles, se oyen los gritos y las canciones, se vé gente
moviéndose, pero desde dentro se aprecia el trabajo, la dedicación, la
preocupación, los nervios.
Desde
dentro se ven cosas que desde fuera no se aprecian en su totalidad, pues todos
estos profesionales de la salud no están de vacaciones, no son liberados
sindicales y no dejan de hacer su trabajo.
Desde
dentro los ves llegar por la mañana entre una nube de pitidos de
"whatsapp", con el móvil en la oreja ya echando humo, aun con el
sueño de la noche anterior pegado en los parpados.
Desde
fuera ves un cambio de turno.
Desde
dentro ves un cambio de actividad.
El que
sale de trabajar entra a luchar, y el que entra a trabajar está apoyando al que
está luchando.
Desde
fuera ves que en la entrada principal, frente a una mesa llena de hojas, hay
personas solicitando tu firma, tu apoyo a sus protestas.
Desde
dentro ves un salón de actos convertido en centro de control de las distintas
áreas en las que se están moviendo.
Desde
fuera podrías llegar a pensar "mira estos, en vez de estar trabajando se
dedican a montar este fregado".
Desde
dentro comprendes que nadie ha dejado de trabajar, sino que están trabajando
tres veces más.
Y
entonces lo ves.
¿Por qué
son los sanitarios los que están protestando?
Porque
nadie mejor que ellos sabe cuál es, cual va a ser el problema, porque tú lo ves
desde fuera pero ellos lo ven desde dentro.
Porque
gran parte de su lucha consiste en informarnos a los pacientes y usuarios de la
sanidad pública de lo que se nos puede venir encima.
Porque
sí, algunos de ellos van a perder su puesto de trabajo y otros van a ver
modificadas notablemente sus condiciones laborales, y eso también en una noble
causa por la que luchar.
Desde
fuera se vé a estas magnificas personas dejándose la piel, la vida e incluso la
salud por hacernos llegar un mensaje.
Desde
dentro se piensa que cuando el mensaje llegue a todos sus destinatarios, muy
probablemente no hará falta continuar con las movilizaciones, pues más que
ellos, somos los ciudadanos los que continuaremos la protesta.
Desde
fuera podría pensarse que los sanitarios tienen un problema, pero... eso es un
error.
El
problema lo tenemos los usuarios del sistema sanitario.
Médicos,
DUE,s, auxiliares, todo el personal sanitario es bastante probable que se vaya
a trabajar a otro sitio. Con mejores o peores condiciones, de acuerdo, pero lo
harán.
Los
ciudadanos no. Los ciudadanos tendremos que seguir asistiendo al centro
hospitalario que nos dejen, sea de gestión pública o privada, y allí sufriremos
o soportaremos lo que nos hayan dejado.
Cuando
una enfermera pase por nuestra habitación con los guantes de látex puestos,
quizá tengamos que preguntarnos si esos guantes acaban de salir de una caja o si
llevan en sus manos varias horas para que a final de mes la cuenta de
resultados de su departamento de un resultado positivo en última línea.
Cuando
llevemos a nuestros hijos a urgencias y tengamos que esperar a que un saturado
profesional pueda llegar hasta nosotros para limpiar la sangre y dar algunos
puntos, pocos por supuesto, que son caros, pensaremos si preferíamos que
nuestros impuestos hubiesen pagado algún sanitario más en vez de rescatar
bancos, pagar deudas o ipads de diputados.
Y no es
que vayamos a tener un peor trato por parte de los profesionales de centros
privados, pues quien es un profesional lo es siempre.
Pero a
ese profesional no le van a dejar hacer su trabajo con la misma soltura que
antes, pues tendrá límites en el uso de medios y tendrá que justificar
cualquier material, además de trabajar jornadas maratonianas que no le dejaran
responder con la misma soltura.
¿Derroche
de medios?
Por
favor, si algún día estoy ingresado en un hospital, sangrando en una sala de urgencias,
esperando en la antesala de un quirófano... por favor, derrochen medios.
Desde
fuera se ve la lucha de los profesionales de la salud.
Desde
dentro se ve la lucha por la sanidad, y eso, amigos y vecinos, no es patrimonio
de los profesionales; es un derecho de todos los ciudadanos.
Desde
fuera deberíamos sentir orgullo y admiración por ellos y apoyar cada unos de
sus movimientos a sabiendas de que no es su lucha; debería ser la nuestra.
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