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jueves, 22 de noviembre de 2012

DESOLACIÓN


 

Aflicción, angustia, desconsuelo, sensaciones de muchos ciudadanos españoles, que observamos cómo estamos retrocediendo décadas y desapareciendo derechos y no sólo laborales, los sociales y que conformaban un estado de bienestar muy mejorable, pero que atendía mucho mejor  a las desigualdades y personas más desfavorecidas.

Yo no me siento responsable de la actual crisis,  asisto perpleja a la no dimisión de muchos “supuestos” ladrones de guante blanco que si nos han llevado a la misma y siguen tomando medidas aleatorias, sin sentido, sin una gestión apropiada.

Sanidad, Educación y Servicios Sociales están a la venta y no hacemos nada. Las protestas de los colectivos de trabajadores, no pertenecientes en su mayoría a ningún partido, ni sindicato, no es solo por sus derechos laborales, mejor que yo lo escribe un ciudadano anónimo al que invito a leer y reflexionar, como dice: “EL PROBLEMA LO TENEMOS LOS USUARIOS DEL SISTEMA SANITARIO”

DESDE FUERA

 

Artículo de Opinión

 

Desde fuera es un imponente edificio de color gris. Donde antes solo había campo ahora hay un hospital.

 

Desde fuera, según te vas acercando, notas que pasa algo.

 

Hay sabanas con frases escritas (SE VENDE HOSPITAL), (LA SANIDAD PUBLICA NO SE VENDE, SE DEFIENDE) lo que va dando una idea de lo que ocurre.

 

Desde fuera, al llegar a la puerta, los carteles, las pancartas, los slogans, las pegatinas, lo ocupan todo, y sobre media mañana ocurre algo.

 

Un buen número de personas ataviadas con distintos "pijamas" de colores se reúne en el exterior. Azules, amarillos, verdes, blancos.

 

Desde fuera no se sabe muy bien quién es quién, pero parece que todos tienen el mismo problema.

 

Desde fuera se escucha decir que la sanidad debe ser publica, que no es algo con lo que se deba hacer negocio, que con la privatización perdemos todos...

 

Desde fuera no se ve muy bien cuál es el problema. A fin de cuentas nadie va a tener que pagar por la atención sanitaria, sea su gestión pública o privada.

 

Desde fuera parece que esta "rabieta" de los sanitarios es el recurso del pataleo.

 

Y como desde fuera no tenemos todo el escenario a la vista, nos colamos dentro para tener una perspectiva más amplia.

 

Desde dentro todo cambia.

 

Desde dentro se puede ver el trabajo que día a día realizan los profesionales de la salud.

 

Desde dentro se puede oír que el principal tema de conversación no es la pérdida de algunos puestos de trabajo ni de algunos "privilegios", sino la preocupación por el declive de la calidad de la asistencia sanitaria.

 

Desde dentro se ve cómo cientos de profesionales, de forma libre y sin depender de presiones sindicales ni políticas, han dejado a un lado su vida, sus familias, sus hobbies, sus amigos, y el día en que conocieron la noticia decidieron dar un paso adelante y plantar cara.

 

Desde dentro puedes ver como se han ido organizando, cómo han ido llamando a las puertas necesarias y adecuadas para dar a conocer su mensaje.

 

Puedes ver a médicos reconvertidos en "community manager" recopilando información y distribuyéndola a través de redes sociales, puedes ver DUE,s (enfermer@s) dando ruedas de prensa y hablando frente a una cámara de televisión, auxiliares diseñando carteles y pancartas, técnicos, fisioterapeutas, todos ellos moviéndose en el mismo camino.

 

Desde fuera se ven los carteles, se oyen los gritos y las canciones, se vé gente moviéndose, pero desde dentro se aprecia el trabajo, la dedicación, la preocupación, los nervios.

 

Desde dentro se ven cosas que desde fuera no se aprecian en su totalidad, pues todos estos profesionales de la salud no están de vacaciones, no son liberados sindicales y no dejan de hacer su trabajo.

 

Desde dentro los ves llegar por la mañana entre una nube de pitidos de "whatsapp", con el móvil en la oreja ya echando humo, aun con el sueño de la noche anterior pegado en los parpados.

 

Desde fuera ves un cambio de turno.

 

Desde dentro ves un cambio de actividad.

 

El que sale de trabajar entra a luchar, y el que entra a trabajar está apoyando al que está luchando.

 

Desde fuera ves que en la entrada principal, frente a una mesa llena de hojas, hay personas solicitando tu firma, tu apoyo a sus protestas.

 

Desde dentro ves un salón de actos convertido en centro de control de las distintas áreas en las que se están moviendo.

 

Desde fuera podrías llegar a pensar "mira estos, en vez de estar trabajando se dedican a montar este fregado".

 

Desde dentro comprendes que nadie ha dejado de trabajar, sino que están trabajando tres veces más.

 

Y entonces lo ves.

 

¿Por qué son los sanitarios los que están protestando?

 

Porque nadie mejor que ellos sabe cuál es, cual va a ser el problema, porque tú lo ves desde fuera pero ellos lo ven desde dentro.

 

Porque gran parte de su lucha consiste en informarnos a los pacientes y usuarios de la sanidad pública de lo que se nos puede venir encima.

 

Porque sí, algunos de ellos van a perder su puesto de trabajo y otros van a ver modificadas notablemente sus condiciones laborales, y eso también en una noble causa por la que luchar.

 

Desde fuera se vé a estas magnificas personas dejándose la piel, la vida e incluso la salud por hacernos llegar un mensaje.

 

Desde dentro se piensa que cuando el mensaje llegue a todos sus destinatarios, muy probablemente no hará falta continuar con las movilizaciones, pues más que ellos, somos los ciudadanos los que continuaremos la protesta.

 

Desde fuera podría pensarse que los sanitarios tienen un problema, pero... eso es un error.

 

El problema lo tenemos los usuarios del sistema sanitario.

 

Médicos, DUE,s, auxiliares, todo el personal sanitario es bastante probable que se vaya a trabajar a otro sitio. Con mejores o peores condiciones, de acuerdo, pero lo harán.

 

Los ciudadanos no. Los ciudadanos tendremos que seguir asistiendo al centro hospitalario que nos dejen, sea de gestión pública o privada, y allí sufriremos o soportaremos lo que nos hayan dejado.

 

Cuando una enfermera pase por nuestra habitación con los guantes de látex puestos, quizá tengamos que preguntarnos si esos guantes acaban de salir de una caja o si llevan en sus manos varias horas para que a final de mes la cuenta de resultados de su departamento de un resultado positivo en última línea.

 

Cuando llevemos a nuestros hijos a urgencias y tengamos que esperar a que un saturado profesional pueda llegar hasta nosotros para limpiar la sangre y dar algunos puntos, pocos por supuesto, que son caros, pensaremos si preferíamos que nuestros impuestos hubiesen pagado algún sanitario más en vez de rescatar bancos, pagar deudas o ipads de diputados.

 

Y no es que vayamos a tener un peor trato por parte de los profesionales de centros privados, pues quien es un profesional lo es siempre.

 

Pero a ese profesional no le van a dejar hacer su trabajo con la misma soltura que antes, pues tendrá límites en el uso de medios y tendrá que justificar cualquier material, además de trabajar jornadas maratonianas que no le dejaran responder con la misma soltura.

 

¿Derroche de medios?

 

Por favor, si algún día estoy ingresado en un hospital, sangrando en una sala de urgencias, esperando en la antesala de un quirófano... por favor, derrochen medios.

 

Desde fuera se ve la lucha de los profesionales de la salud.

 

Desde dentro se ve la lucha por la sanidad, y eso, amigos y vecinos, no es patrimonio de los profesionales; es un derecho de todos los ciudadanos.

 

Desde fuera deberíamos sentir orgullo y admiración por ellos y apoyar cada unos de sus movimientos a sabiendas de que no es su lucha; debería ser la nuestra.

 

 

 

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