En ocasiones, no me siento de este mundo.
Recuerdo cuando era niña y compartía habitación con mi
hermana, y empezaba a contarme sucesos paranormales que a ella le encantaban y
a mí me asustaban. Siempre he sido muy miedosa: hombre del saco, fantasmas,
ogros.., lo entiendo, somos 5 hermanos y era la línea pedagógica de la época.
Una noche de mi adolescencia hubo un ligero movimiento sísmico
(eso lo supe después) y una estatua de tamaño considerable creo que era de Beethoven
que estaba encima del armario se empezó a mover, las noches eran muy
entretenidas con todos los que yo veía pasar por la habitación y claro asustada
era poco.
Con el tiempo y no sé bien el motivo, he dejado de tener miedo
a lo divino y a lo desconocido de otros mundos, más que a lo humano que vivo
cotidianamente y eso si que hace temblar, mucho.
Creo que aún conservo gran parte de las facultades mentales
que hay que tener en este planeta para parecer terrestre y medianamente cuerdo,
estoy leyendo un libro sobre alienígenas,
“¿casualidad? lo dudo”, expresión muy
utilizada por el autor del mismo J.J. Benítez, periodista Navarro e investigador
de temas de misterio, fenómenos OVNI y por lo que leo en su biografía fanático,
amigo y socio de Jesús. Seguiré
leyéndole, me interesa lo que transmite e igual confirmo o no, quien sabe, si
soy o no de este mundo conocido o un ser que está aquí con una misión (¿) por
cumplir.
Podría ser yo otra historia “oficialmente” imposible. (Ricky
B. de J.J. Benítez 1997, Ed. Planeta 2009), sin ningún interés de estudio, o
si?
Como escribe el autor en la contraportada:
“Los heterodoxos piensan, hablan, escriben y actúan para unos
pocos. Si usted pertenece a la gran masa, si jamás mira al cielo o hacia sí
mismo, no se moleste en leer esta investigación. No comprenderá….”
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