Mientras la mayoría de alumnos del CPEE María Soriano ayer
viernes se iban a sus casas, una niña se iba al cielo a jugar con los
angelitos.
En brazos de su madre, tranquila, recibiendo mucho amor y
palabras que sólo una madre siente y es capaz de decir a los seres que más se
pueden querer en el mundo.
No dejan de sorprendernos la resistencia y ganas de vivir de
nuestros niños, la lucha y el coraje de sus padres y hermanos.
Profesionalmente hemos actuado, como no puede ser de otra manera,
con un cariño y entrega admirables por parte de muchos que la queremos, a ella
y a los suyos.
Cuidados compartidos esencialmente por los equipos
sanitarios del CPEE María Soriano y la Unidad de Cuidados Paliativos Infantil
del Hospital Niño Jesús, psicólogos y trabajadores sociales, y por otros muchos
compañeros que han facilitado una atención de calidad excelente
en todo momento a la niña y a su familia.
Como responsable del Departamento de Enfermería me siento
orgullosa de todos y cada uno de mis compañeros, enfermeras y auxiliares de
enfermería, que como siempre, trabajan
mucho y duramente. A veces nos sentimos poco valorados, interiormente
nos sentimos parte fundamental en lograr día a día una mejor calidad de vida para
los alumnos con graves problemas de salud, facilitando su proceso de
aprendizaje y socialización y acompañándoles en toda su etapa de escolarización
y su partida no deseada, también. Nos solemos ir a casa muy cansados, pero
satisfechos.
Nos unimos y participamos en el duelo con sus seres queridos y les enviamos
tanto cariño y amor como ellos han dado siempre a su niña.
Juega y disfruta donde estés precioso angelito.
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