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jueves, 30 de agosto de 2012

DESDE MI VENTANA VEO EL SOL


 

 
 
 
MIRÁTELO

 
Un enfado permanente con el mundo y con todo, debe ser mirado lo primero por uno mismo, sentir, adquirir la conciencia de ese disgusto, conocer y cambiar. Proceso este que nadie dice que sea fácil pero sin el cual no se evoluciona, al menos favorablemente.

Buscar en el interior los elementos clave del proceso,  nuestras debilidades (puntos críticos) y nuestras fortalezas, en muchos momentos va acompañado de dolor, que lejos de echarnos atrás o producirnos temor, debiera permitirnos avanzar en el aprendizaje de nuestra vida que no se acaba nunca, eso sí, se puede no querer mirar y permanecer paralizado y enquistado y mientras seguir responsabilizando a los demás, familia, amigos, compañeros, políticos y mendrugos varios de nuestra “mala suerte”.

Adaptabilidad y voluntad de mejora continua, ante unas circunstancias ni mejores ni peores que en el pasado, distintas e incluso no nuevas, siempre a lo largo de la historia del mundo conocido se han producido hechos catastróficos, menos dramáticos, de bonanza personal y social y a todos nos adaptamos, el cómo lo hacemos es la clave para ser lo más felices posibles.

Y no estoy escribiendo que haya que ser conformista ante la injusticia, sí priorizar y gastar nuestras energías en lo básico, fundamental y decisivo y no perdernos por las ramas, que es fácil con todas las informaciones que tratan de que no veamos lo que hay que ver, porque no queremos, no podemos, no nos interesa y parece ser cosa de otros.

Estamos casi todos “tocados” directa e indirectamente, no nos hundamos, si necesitas ayuda búscala y mírate, si puedes ayudar hazlo  no son tiempos de esconder la cabeza y cada uno desde nuestras distintas responsabilidades personales, profesionales y cívicas debemos informarnos por medios independientes , decir alto y claro y sobre todo actuar porque tontos no somos como piensan algunos gobernantes y políticos, los peores preparados de la historia (que opositen para representar al pueblo y que trabajen, que alguien tenga a bien pasarles un test de calidad externo…).

Termino con frases de clásicos de hace siglos muy actuales:

Plutarco, Historiador, biógrafo y ensayista griego  (50 – 125)

“La riqueza consiste en el uso adecuado de los bienes”

“La omisión del bien no es menos reprensible que la comisión del mal”

Marco Tulio Cicerón (106 AC-43 AC). Escritor, orador y político romano

¿Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo?

La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio

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