En estos últimos meses de “intenso debate
social” sobre la Inclusión y el posible cierre de los colegios de Educación
Especial, veo muchos corazones verdes y el que más me gusta es el que no tiene
texto dentro, pero que viene a decir el título de este escrito.
Ya no tengo tiempo ni ganas para debatir con
los llamados “inclusión total” y las familias y profesionales de Educación
Especial.
Es agotador mentalmente, querer hacer 2
bandos, no son ni eficaces ni efectivos
ninguno.
Posicionarse claramente en este tema como en
todos, tiene sus consecuencias y las asumo personalmente, si llega el caso lo
haremos como Asociación Científica de Enfermería Escolar, hoy es todo en
primera persona y con la experiencia de toda una vida de trabajo en un colegio
de Educación Especial SINGULAR, el CPEE María Soriano.
Los profesionales de Educación Especial no
tenemos miedo a perder nuestros puestos de trabajo, porque si se diera el caso
de la desaparición de estos coles, nos recolocarían en esos idílicos colegios
que incluirían a TODOS los alumnos o nos dejan trabajando con papeles y
asesorando a los colegios inclusivos, leo demasiadas cosas sin sentido.
Los “padres y madres” de la teoría de la plena
inclusión, algunos de los cuales conozco porque me muevo por los mundos y leo
mucho, siguen sin explicar muchas cosas, por ejemplo, ¿qué se hace con los
niños y adolescentes con discapacidades graves y severas que necesitan atención
especializada y personalizada y no solo docente?
Tengo muchas más preguntas, al leer a unos y a
otros, reflexiono y creo mi propia conclusión:
La inclusión social de las personas con
diversidad funcional empieza efectivamente en la escuela.
Y si ahora mismo en
nuestra escuela no se adaptan ni las medidas curriculares básicas para el TDHA,
¿cómo se van a adaptar todas las medidas necesarias a los 35.000 alumnos de Educación Especial?.
Hablemos de cifras y realidades, aumento importante
de los espacios físicos en los colegios, del número de profesionales docentes y
no docentes, de cómo los alumnos con necesidades educativas especiales con
afectaciones muy graves van a ser atendidos en los colegios ordinarios y si
serán aún más segregados y rechazados y de sus familias, porque no todas las
familias quieren que sus hijos estén en colegios ordinarios.
Y por hablar, ya que hoy estoy aún
convaleciente de una gripe pesada, la utopía es necesaria para seguir
avanzando, la demagogia en este caso es dañina, trabajemos en equipo, no unos
contra otros.
El día 23 de Marzo participo en la III Jornada
de Educación Inclusiva ¿Asignatura Pendiente?
Por tanto, vuelvo al inicio, Educación Inclusiva sí, Educación Especial
también.
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