Terminando la mañana de un domingo frío pero
con mucha luz.
Tranquilamente estudiando por placer para
extraer datos que necesito, esta semana, tengo que dar dos charlas de EpS en el
colegio.
Una para Enfermeras que se están especializando
en Pediatría de distintos Hospitales Madrileños (EIR Pediatría) y otros alumnos
de distintos perfiles profesionales que hacen sus prácticas en el cole : “CPEE María Soriano y Enfermería Escolar”.
La segunda, para profesionales del colegio,
actualizando datos y que suelo impartir todos los años o lo hace algún alumno
EIR en periodo de prácticas: “Principales Diagnósticos Médicos y de Enfermería,
Evolución y Cuidados”.
Música relajante, neuronas funcionantes, paz…
Muchos profesionales sanitarios dedicamos
horas de nuestro tiempo libre para formarnos y formar/informar y lo hacemos
disfrutando doblemente por lo que aprendemos y por lo que compartimos.
Y según iba renovando o dejando diapositivas
de la presentación, pensaba en el artículo que leía ayer
"El Gobierno diseña el traspaso de 35.000 alumnos con discapacidad a aulas ordinarias. Valencia
y no sé si sonreía, pero sí que pensaba, ¡venga!, a
estos alumnos que los lleven a centros ordinarios.
Me gustaría tener más tiempo para argumentar,
exponer, reclamar, pero soy consciente que mi tiempo en activo ya es escaso, como pocos son los momentos para poder disfrutar como hoy.
Cierro, cambio de actividad y hasta mañana no toca más
ciencia y arte enfermero.
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