Ayer, último día del 2018, volví después de
algunos años a la casa donde nací, el pìso de mis padres y que ahora es de uno
de los hermanos, el que yo denomino “el artista”.
“En el Madrid de las Vistillas” que se escucha en uno de los chotis más
populares , ahí es ná, transcurrió mi infancia y
adolescencia .
Cuando vivían mis padres, la Nochevieja era el
día que nos juntábamos todos allí con las familias, como la mayoría, nada destacable, se está bien
juntos y los más jóvenes después de las uvas desaparecían.
Este año, cada familia llevaba un plato, a mí me tocó el
primero que ya llevaba hecho de mi casa y cuando hube echado los fideos a la
sopa, me fui a pasear por mi viejo Madrid que siempre añoraré y que sé que no
podré nunca vivir por allí, bueno nunca
se sabe, será un sueño no prioritario ahora mismo.
De las Vistillas a La Latina, Calle Toledo, Plaza
Mayor, no pudimos llegar a la Puerta del Sol había largas colas para
identificar/registrar a los que iban a seguir las campanadas en la misma, dimos
la vuelta bajamos a la calle Mayor, calle Bailén por el Viaducto y ya estábamos
de nuevo en casa, los comensales ya estaban llegando.
La casa ha cambiado, está bonita, distinta, y eso me ayudó a no añorar tanto el pasado,
confieso que volver me revolvía muchas emociones y sinceramente me alegré de ir
y superar uno de mis miedos internos,
que me ha permitido dormir en paz y levantarme de buen humor y satisfecha y no he madrugado...
Y esto se lo debo también a mi familia, aunque
faltaba un hermano, estábamos los otros 4 y nuestras proles e incluso un casi
miembro que conocimos ayer, “Fernandito”, total 14, en un ambiente de alegría,
risas y la comida estupenda, el menú da igual, estaba todo espectacular.
Y quise dar un discurso, ya se sabe antes de las uvas y la verdad es
que no había manera de decir una frase sin que algún graciosillo soltara un
chascarrillo, todos tenemos mucho arte humorístico, total que repetí al menos
10 veces “Querida Familia” y lo que pretendía decir y dije a saltos y risas, es
que me alegraba mucho de estar todos juntos, que les quería y me sentía fenomenal con ellos
y solicité a mis sobrinos un deseo: que me escriban o llamen una vez al mes,
porque apenas les conozco cómo son, lo sé a través de mis hermanos y la
propuesta de juntarnos alguna vez más aunque no sea Navidad.
Porque, será la edad que me está volviendo muy
selectiva (y no me lo pienso mirar) y hasta más reflexiva y la
familia, con sus fortalezas y debilidades , si se cuida claro, siempre está ,
SIEMPRE, aunque por vivir en grandes ciudades podamos vernos físicamente menos.
Y como quedamos en no subir las fotos a las
redes, pues solo subo las que salgo yo y los que saben mucho de informática ya
sabéis que tenéis que hacer un pequeño álbum para todos.
Y para mis amigos Vistilleros, ayer estaba así
nuestra esquina donde nos esperábamos al salir de clase…
Feliz Año 2019, 365 días llenos de
oportunidades, a por ellas.
1 comentario:
Bravo Nati !!
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