miércoles, 8 de agosto de 2018

REFLEXIONANDO SOBRE LA BICI







Más o menos salgo habitualmente temprano con la superbici que me regalé por superar otro curso más (38), hoy se volvía a sentir aire fresco, ya han recogido los fardos de trigo y como me he acordado de ponerme los oídos, escuchaba distintos sonidos algunos agradables, un padre jugando con sus hijos en las canastas de baloncesto, probablemente porque las obras de un nuevo IES (Instituto de Educación Secundaria) no dejan dormir como otros veranos, personalmente me da igual, madrugo incluso en vacaciones y no oigo nada hasta que “quiero oir”.


Esto no es una broma de las mías, es una realidad que ya muchos sabéis, tengo audífonos y puedo ser sorda cuando quiero, incluso con ellos puestos… Recuerdo que leo bastante bien los labios, habilidad que adquirí de niña y que no se olvida y recomiendo que cuando se dicen ciertas tonterías se ponga, el que las dice, la mano delante de la boca, lo mismo que si estuviera tosiendo, la mano o el codo por eso de los virus que vuelan.

Los que tienen la paciencia de seguirme en este blog que ya ha cumplido 10 años largos y por redes sociales, pese a que no le pongo mucho empeño porque tengo otras prioridades y sé que nunca estaré en ninguna clasificación o ranking, saben que mi evaluación de vida la hago en verano, tras acabar el curso y a final de año, pero esta suele ser más ligerita.

Y espero que alguna vez, uno de los miles de científicos que hay invente un programa que pueda ir plasmando los pensamientos y sin filtros, no como ahora que toca llegar a casa y tratar de escribir los resultados del DAFO de vida, ya sabemos, Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.

Y además, como voy a cambiar de década de vida en apenas 1 mes iniciando la séptima, cumpliendo 60 años cuando el verano ya va dejando sus colores y dando paso al otoño, como que los objetivos a plantear tras el DAFO son inevitablemente muy distintos y a corto - medio plazo, el largo plazo ya no lo contemplo.

Sigo sin sentirme de “este mundo” porque no me gusta, tampoco soy de los adultos que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor, me duele y ya no por mí, sí por los más jóvenes, esta sociedad globalizada, insolidaria e injusta que a nivel mundial les vamos dejando.

Me siento afortunada si me centro en las personas que forman parte del árbol de mi vida y solo viendo la cantidad de hojas que permanecen junto a mí, tomo impulso para seguir y saber decir adiós cuando el viento arranca algunas y mantiene a los que de momento seguimos.

Este verano, he escrito poco por aquí, tocaba mecanografiar papelotes varios necesarios para empezar el curso escolar 18-19 con menos carga, tengo claro que las improvisaciones nunca me han gustado y cada vez menos, como hiperactiva diagnosticada por mis compañeras, necesito ciertas rutinas y al menos ver venir las amenazas externas, no es fácil, salvo que pongas la mente modo criminal (serie muy recomendable).


Por tanto, gracias a muchas personas que me quieren bien, grandes fortalezas, vamos recorriendo el camino superando debilidades y siempre intentando aprovechar las muchas oportunidades que la vida nos presenta y hay que saber utilizarlas.

Y no sigo escribiendo hoy y aquí, toca antes de hacer mi singular gimnasia en el agua, adelantar otros temas como el 5º Congreso Madrileño de Enfermería Escolar y 1º Nacional e Internacional y la 3ª Edición del Curso de Experto de Enfermería Escolar.




“La oportunidad, que tiene consejos para todos los asuntos, proporciona fuerza, mucha fuerza, contra todo impedimento”. Sófocles








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