Más o menos salgo habitualmente temprano con
la superbici que me regalé por superar otro curso más (38), hoy se volvía a
sentir aire fresco, ya han recogido los fardos de trigo y como me he acordado
de ponerme los oídos, escuchaba distintos sonidos algunos agradables, un padre
jugando con sus hijos en las canastas de baloncesto, probablemente porque las obras
de un nuevo IES (Instituto de Educación Secundaria) no dejan dormir como otros
veranos, personalmente me da igual, madrugo incluso en vacaciones y no oigo
nada hasta que “quiero oir”.
Esto no es una broma de las mías, es una
realidad que ya muchos sabéis, tengo audífonos y puedo ser sorda cuando quiero,
incluso con ellos puestos… Recuerdo que leo bastante bien los labios, habilidad
que adquirí de niña y que no se olvida y recomiendo que cuando se dicen ciertas
tonterías se ponga, el que las dice, la mano delante de la boca, lo mismo que si
estuviera tosiendo, la mano o el codo por eso de los virus que vuelan.
Los que tienen la paciencia de seguirme en
este blog que ya ha cumplido 10 años largos y por redes sociales, pese a que no
le pongo mucho empeño porque tengo otras prioridades y sé que nunca estaré en
ninguna clasificación o ranking, saben que mi evaluación de vida la hago en
verano, tras acabar el curso y a final de año, pero esta suele ser más
ligerita.
Y espero que alguna vez, uno de los miles de
científicos que hay invente un programa que pueda ir plasmando los pensamientos y sin
filtros, no como ahora que toca llegar a casa y tratar de escribir los resultados
del DAFO de vida, ya sabemos, Debilidades, Amenazas, Fortalezas y
Oportunidades.
Y además, como voy a cambiar de década de vida
en apenas 1 mes iniciando la séptima, cumpliendo 60 años cuando el verano ya va
dejando sus colores y dando paso al otoño, como que los objetivos a plantear
tras el DAFO son inevitablemente muy distintos y a corto - medio plazo, el
largo plazo ya no lo contemplo.
Sigo sin sentirme de “este mundo” porque no me
gusta, tampoco soy de los adultos que piensan que cualquier tiempo pasado fue
mejor, me duele y ya no por mí, sí por los más jóvenes, esta sociedad globalizada,
insolidaria e injusta que a nivel mundial les vamos dejando.
Me siento afortunada si me centro en las
personas que forman parte del árbol de mi vida y solo viendo la cantidad de
hojas que permanecen junto a mí, tomo impulso para seguir y saber decir adiós
cuando el viento arranca algunas y mantiene a los que de momento seguimos.
Este verano, he escrito poco por aquí, tocaba
mecanografiar papelotes varios necesarios para empezar el curso escolar 18-19
con menos carga, tengo claro que las improvisaciones nunca me han gustado y
cada vez menos, como hiperactiva diagnosticada por mis compañeras, necesito
ciertas rutinas y al menos ver venir las amenazas externas, no es fácil, salvo
que pongas la mente modo criminal (serie muy recomendable).
Por tanto, gracias a muchas personas que me
quieren bien, grandes fortalezas, vamos recorriendo el camino superando
debilidades y siempre intentando aprovechar las muchas oportunidades que la
vida nos presenta y hay que saber utilizarlas.
Y no sigo escribiendo hoy y aquí, toca antes
de hacer mi singular gimnasia en el agua, adelantar otros temas como el 5º Congreso
Madrileño de Enfermería Escolar y 1º Nacional e Internacional y la 3ª Edición
del Curso de Experto de Enfermería Escolar.
“La
oportunidad, que tiene consejos para todos los asuntos, proporciona fuerza,
mucha fuerza, contra todo impedimento”. Sófocles
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