Ver sufrir a un hijo no es fácil, la vida reparte
papeletas y nos van tocando, vamos a pensar que aleatoriamente.
Para los padres, que siempre desean la felicidad de
sus descendientes y que para ello hacen todo lo que mejor saben, genera una
gran tristeza y un amplio abanico de emociones que a veces no pueden ni
trasmitir porque se olvidan de ellos y ponen todo su empeño en ayudar, como no
puede ser de otra manera, a sus hijos a sobrellevar, canalizar o simplemente estar en las situaciones dolorosas.
Cuando a una mujer joven, como es el caso de mi
hija, le ha tocado vivir desde Marzo del
2014 una serie de hechos encadenados, un deterioro importante en su calidad de
vida y salud aún no resueltos y estar a la expectativa desde Abril 2016 de una
operación preferente (la séptima), es no para sentir solo que esto es un despropósito, es para
estar intensamente enfadados, la paciente primero y los que la queremos también.
Por mi trabajo, aprendí a escuchar a familias que sufren
porque sus niños y niñas, algunos desde el nacimiento, les ha tocado padecer
distintas patologías y en distintos grados.
Me han enseñado mucho, sobre todo a como luchan por
ellos, a ser cada día madres (generalmente hay muchas más) y padres corajes de
verdad y cuando siento que ya no puedo más con lo que nos está tocando vivir,
lo tengo más fácil, los veo a ellos y no es consuelo de tontos, es aprendizaje
en directo y de primera mano, tengo la gran suerte de poder relativizar
mejor el desastre asistencial que está
padeciendo mi hija.
Hay momentos
muy duros en los que nos derrumbamos
porque la incompetencia administrativa es ya alarmante, las listas de
espera aumentan y aumentan por mucho que
las disfracen y detrás hay personas sufriendo, simplemente personas a las que
engañan, la semana que viene te opero, perdón muchas urgencias será a la
próxima semana y así han pasado varios meses que acaban con la paciencia hasta
del “santo Job”.
Sí, somos civilizados de momento, hemos puesto una
reclamación y pondremos otra, sabemos que no sirven de nada, de NADA.
Esto no es humanizar la Sanidad, que si se salva es
gracias a todos los profesionales sanitarios que están sufriendo recortes,
presión asistencial, temporalidad, falta de reconocimiento, desmotivación,
depresiones,…
Decía ayer Carles
Francino en la SER, yo lo escuché en la radio cuando volvía de trabajar, que no
alcanza a entender como las enfermeras y los maestros no tienen más
reconocimiento y reputación y que “No se trabaja de enfermera, se es enfermera”.
Para ser político y gestor ¿qué hay de tener?
Capacitación HUMANA y profesional y no engañar.
Administrar los recursos públicos priorizando y no robando cifras que marean
cuando las lees, que no recuperamos porque no lo devuelven y con sus argucias
legales nos hacen pensar que la “justicia es un cachondeo, inmoral y que también
solo favorece a los ricos”.
Hija, te decía hace dos días cuando suspendieron tu
operación y te enteraste de casualidad, no porque te llamaran, que no te
precipitases, que asentaras la noticia y que desde la tranquilidad, muy
complicada de tener, valorases lo que tienes que hacer.
No me gusta la agresividad impetuosa ante una circunstancia adversa,
debemos gestionar las emociones, lo que se ha llamado siempre “contención,
análisis y ejecución”.
La cosas raras y las personas incompetentes siempre
han estado y estarán, nos diferenciamos porque nos ampara la razón y el no
rendirnos, ¿a qué sí?
3 comentarios:
Acabo de descubrir tu blog. Me va a ser de gran ayuda para mi TFG el cual quiero orientar hacia la enfermería escolar y su importancia en la promoción de la salud.
Gracias, me ha alegrado encontrarme un blog así :)
Gracias, no puedo contestarte personalmente, porque tu comentario es anónimo.
!Mucha suerte con el TFG.
Saludos cordiales
Buenos días, ante todo decirte que lamento muchísimo que os encontréis en esa situación,espero que se resuelva lo antes posible.Ánimo,eres una madre coraje y se que vas a seguir luchando para conseguir lo que necesita tu hija.Un saludo cordial.
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