sábado, 9 de mayo de 2015

PROBABLEMENTE






PROBABLEMENTE hay puertas cerradas definitivamente, algunas las dejé entornadas y no sé si podré abrir muchas más, tampoco me preocupa.

En estos días del mes de Mayo, cumplo 35 años de profesión, enfermera en el ámbito educativo y PROBABLEMENTE me siento mayor, diablesa y truhana y me quieren hacer no sentir, de momento es complicado porque me gusta y ya dijo Séneca:
 “Decir lo que sentimos. Sentir lo que decimos. Concordar las palabras con la vida.”
No me pierden las formas, no me pierdo, camino y miro de frente, hablo sin patrañas pero  no somos libres en comunidad, PROBABLEMENTE el resquicio de pensamiento propio es lo único que queda, hasta que descubran algún chip intravenoso que igual ya existe, que nos lea y modifique las ideas.

Celebro la vida profesional que PROBABLEMENTE ha sido lo que tenía que ser, que podría haber sido otra y  que será fugaz ya hasta el final.

Me gusta ser enfermera y hasta puedo decir que me gusta trabajar en un Colegio de Educación Especial singular en España. Podría haber optado por trabajar en un Centro de Salud, la puerta sigue entornada, casi cerrada.

Tener capacitación, aptitud y actitud no es sinónimo de que se sea valorado/reconocido. Igual es que no estuve nunca en el lugar o momento adecuado, ya…no importa.

Ser líder de un grupo profesional sanitario durante 30 años seguidos en un medio “educativo” les aseguro que no es fácil, más estoy tranquila que no orgullosa ni autocomplaciente, asumo mis debilidades, me perdono por ello y acepto mis fortalezas, me doy las gracias también. Después miro lo que me rodea y ni si quiera siento ya dolor, simplemente apatía con dosis de indiferencia externa, internamente lo que siento es de naturaleza reservada.

Ser extrovertida y querer a los que me rodean, dejar fuera del Centro al entrar cada mañana la mochila personal y transformarse en una trabajadora que se gana ni más ni menos que un sueldo engañoso, no tenerlo en cuenta y tratar de trasmitir positividad reinventando un sueño ya lejano, requiere al menos sentirse acompañada y puesta a pedir, respetada.

Mi proceso clave en el terreno profesional con mucha eficacia y eficiencia, que no soy capaz de explicar ni siquiera a compañeros sanitarios de otros lares, está próximo a concluir (es un deseo), si me dejan las leyes y no las siguen cambiando y aumentando la edad de jubilación.

La maleta que he ido llenando y donde no están terminadas de colocar bien  las cosas, pesa mucho, porque me importa lo que hago, porque siento lo que hago, porque no he podido hacer para lo que si estoy capacitada académica y profesionalmente. 

¿Frustración? Algo hay, sí.

Cuando era joven aspiraba a que me quisieran en el trabajo como yo he querido a mis compañeros, objetivo mal formulado que he comprendido con el paso de los años, hoy  solo pido que me permitan querer y trabajar en paz, que un “tarro de miel”, no culmine una larga trayectoria humana-profesional con un dolor que al menos yo no siento haber producido. Pequeñas metas. Que no me mientan. 

Desde la soledad profesional, que no me angustia, ni me impide seguir adelante aunque haya días en los que no puedo levantarme para ir a trabajar, recuerdo aquello de que nadie es profeta en su tierra y caminante no hay camino, se hace camino al andar.

PROBABLEMENTE, parezca triste por lo que he escrito, no, incautamente consciente y con una paz que consigo “respirando adecuadamente”, celebro una larga trayectoria profesional con muchas más luces que sombras, más gozos que quebrantos, más amor recibido que el que soy capaz de reconocer.

SEGURAMENTE he disfrutado de una vida profesional única e irrepetible, he conocido muchas personas buenas, muy buenas, que me han hecho sentir mucho amor y con las que continuo aprendiendo lecciones de vida, las que en definitiva me ayudan a ordenar las cosas de mi maleta profesional.














2 comentarios:

Joaqu� dijo...

Así me gusta, verte animada .......:P

Lu dijo...

Me habían hablado de tu artículo, muy bien por cierto, y lo leí hace unos días, pero no te hice ningún comentario porque me pareció verte triste y melancólica, no sabia que decirte.
Hoy lo vuelvo a leer y me doy cuenta que no es tristeza, es responsabilidad, que pesa mucho. Es satisfacción del trabajo bien hecho, que en tu caso no dudo ni un minuto.
Es una mirada al pasado llena de ánimos y desánimos.
Seguro que cuando abras tu maleta saldrán muchas alegrías y mucha gratitud.
Enhorabuena!

(Lo escribo con el móvil y vaya lío).